En la sesión pasada con las Hilanderas, se compartieron algunas ideas para poder rellenar y darle volumen a las muñecas de lana. La señora Flor había propuesto utilizar el plumavit, un desecho wekufe en forma de bloques que existe en abundancia en Quehui y en otras islas de territorio por ser material de desecho por las salmoneras. En la isla lo tienen integrado a la vida marítima, así que lo usan para hacer pangas, que son pequeñas balsas para una persona, que les sirve para dirigirse a los botes o embarcaciones mayores desde la orilla de la playa. La propuesta de la señora Flor es rasparlo y separarlo para poder rellenar las muñecas, así que en esta sesión trajo dos bolsas enormes llenas de estos bloques. Algunas continúan tejiendo, otras nos ponemos a trabajar el plumavit. Más allá de pensar en un posible reciclaje (este material tarda entre 500 y 1.000 años en degradarse) pensamos en una relación poética frente a la contaminación. La identidad de estos cuerpos tejidos de mujeres se llenará de este desecho que permanecerá por generaciones, contaminando, regando las playas de pequeñas esferas blancas y bloques. Una visión crítica de la construcción artística surge espontáneamente de las hilanderas.
Por otra parte ya tenemos una muñeca totalmente tejida. Ya tiene longko y ange, pelo, chang, lipang, vestido y zapatos. Es impactante el tamaño (mide 1.60 cm), y verla terminada motiva al resto del grupo. Uno de nosotros ha estado trabajando en las estructuras de madera que le darán articulación y soporte a las muñecas, así que llevamos todo para hacer la primera prueba. Ya tenemos los tres elementos: la muñeca tejida, el plumavit y la estructura de madera. Mientras trabajamos comenzamos a organizar la finalización del proyecto. Se propone hacer un almuerzo colectivo, comentamos qué cosas podemos llevar para comer. Las hilanderas están muy emocionadas por este proceso, ya que además ellas saben que su trabajo será exhibido en Santiago, en la Galería Bech. También acordamos cómo haremos llegar esa información, fotografías y videos de la muestra.
Al finalizar la jornada, nos damos cuenta de que el plumavit, una vez molido, es muy difícil de limpiar porque se pega en todas partes, barrerlo es casi imposible y es muy volátil. Comentamos cómo debe estar el fondo marino de la zona si la cantidad de este desecho es infinitamente más abundante, en lo injusto que es que las salmoneras que ocuparon el territorio para beneficiar a sus empresas, empobrecieron a las personas al irse, al huir sin limpiar, sin hacerse cargo de todo el daño que genera su presencia: cesantía, empobrecimiento de la población, contaminación del mar y la imposibilidad de pescar y de poder generar una economía desde ello, en fin. Muchas historias se reúnen en estos cuerpos, en estas muñecas tejidas que relatan su contexto con su propia materialidad.