La imaginación es generosa y a cada instante intenta conseguir consolidar aquello que viaja sin itinerario ni velocidad definida por nuestras mentes y cuerpos cuando nos enteramos de que vamos a ir hacia lo desconocido. El Río Primero se transformó en el límite natural que, sin duda, tras sortearlo me llevaría a un lugar del que jamás podría regresar como entré. Ni un hombre se baña dos veces en el mismo río ni tampoco puede un mismo hombre cruzar dos veces por el puente de uno. El Río Primero es el límite norte de la de la Villa Seno Obstrucción, ubicada a 75 kilómetros al sur de Puerto Natales. Se accede a ella por una huella de ripio que bordea el Golfo Almirante Montt, atraviesa el Río Hollember y asciende a los cerros que bordean el Lago Balmaceda. Este camino es la única manera de llegar al poblado que se utiliza en esta época. Antes fue por mar, y algunas autoridades utilizan el aire, pero los habitantes: por tierra, en un viaje que, por las curvas, algunos tramos accidentados y la superficie, toma al menos una hora y treinta minutos. Lengas, cipreses de las huaitecas, ñirres, coihues, ganado, los maravilloso lagos Balmaceda y Pinto, el imponente Monte Rotundo y Dora, que contemplan todo el movimiento del Seno Obstrucción, son el contexto del recorrido, junto a cisnes de cuello negro, bandurrias, liebres, zorros, caicequenes, caranchos, caballos, avutardas, zorzales, mirlos, patos, y el deseo de que un puma atraviese uno de los rincones. Un puente mecano, que reemplaza desde 2014 al anterior de madera, atraviesa el Río primero. La localidad cuenta con al menos diez casas, dispersadas y distantes entre sí por cientos de metros, algunas por algunos kilómetros. Tres construcciones están particularmente cerca: La Escuela Seno Obstrucción, la sede de la junta vecinal y la casa del profesor. Las propiedades no tienen cierre perimetral, el ganado utiliza toda la extensión del terreno para pastar. El impacto del paisaje es fulminante. El ruido de los generadores petroleros de energía eléctrica de momento dan la sensación de estar en mitad de una construcción, o cerca de un escenario de calle. Al rato el ruido se transforma en ambiente. A lo lejos se divisan máquinas que son parte de la obras del camino Hollember – Río Pérez, una huella de ripio que curiosamente no pasa por la Villa Seno Obstrucción, pues se desvía antes del Río Primero para internarse en el bosque y lidiar con los turbales, que por esta zona son mayoría indiscutida.
Rápidamente me saluda José Miguel, un natalino que es hace dos años el profesor multigrado y unidocente de esta escuela rural. Nos quedamos afuera, mirando el Monte Dora, es un día completamente despejado y no dan ganas de entrar a la sala, la clase ya comenzó, contemplando la naturaleza y jugando, no se sabe si es el patio de la escuela, el de la casa del profesor, si es el campo abierto, todo es todo acá. Unos arcos indican una cancha de fútbol, un cerco cierra una huerta, para evitar que el ganado se coma los brotes, unas piedras delimitan un fogón y se logra ver unos cercos de alambre que no delimitan nada, sino que guían o atajan al ganado, no es el límite de una propiedad, sino un atajador.
Los alumnos son dos: Krishna y Lorenzo, 6 y 9 años. Ambos reciben la visita de una fonoaudiologa, Karen, y una Psicopedagoga, Rubi. Las profesionales vienen de Natales, viajamos juntos en el vehículo que ofrece el servicio de conexión entre ambos puntos. Este recorrido es solo los días Lunes-Miércoles-Viernes (a las 08:00 y a las 16:00 saliendo desde Natales) y el día Domingo (salida a las 16 desde Natales). Yo digo “solo” los días, pero en la Villa se habla de que ahora viene “hasta” los feriados. Se espera que la próxima concesión contemple recorridos todos los días del año. Las profesionales apoyan el desarrollo de los niños en las áreas específicas de sus especialidades. José Miguel ha sido un gran motor generador de dinámicas provechosas para la comunidad. Es claramente un referente para los niños, los habitantes de la localidad le buscan para resolver problemas vinculados a otras áreas y le entienden como un agente positivo para la comunidad. Su enfoque de trabajo es hacer de la escuela rural una escuela comunitaria. Se siente su energía aglutinadora.
Conozco a algunos de los vecinos, me saludan y dan la bienvenida a Obstrucción. Les agrada la idea de que venga para quedarme, me dicen que “Ahí vamos a tener tiempo para conocernos”.
Es una presentación informal, llena de gentileza y cordialidad, muchas sonrisas.
La planificación de la escuela es ajetreada, aprovecho de recorrer la localidad.
Estoy impactado, toda la ansiedad que tenía por llegar, ha dado lugar a una especie de letargo.