Es mi cumpleaños y estoy aquí en Puerto Williams de residencia trabajando. Es un cumpleaños diferente, único seguro, algo solitario y más frío de lo habitual, con un poco de gripe, pero aquí estamos, dándolo todo.
Contenta de haber recibido muestras de cariño de algunos habitantes de este lugar, de aquellos con quienes paso los días haciendo esta obra de arte colaborativa. Contenta también del cariño a la distancia, de haber recibido tantos saludos de Madrid y Santiago, de amigxs que de algún modo me acompañan… Pero más allá de ello, ya que la verdad que ha sido un cumpleaños extraño, contenta estoy porque esta semana, Pame y José se han pasado! Han trabajado muchísimo en sacar nuestra obra adelante, reuniéndonos casi a diario para asegurarnos de que llegamos.
Estamos iniciando el último mes de residencia y ya hemos restaurando las trampas, aquellas que reciclamos, aquellas que los pescadores nos regalaron. José ha soldado todo! Se ha pasado el día “pinchando” con su espíritu de trabajador incansable. En medio de ello, la Pame nos dirige, es una mujer de carácter, que nos apura constantemente. Yo me río y lo disfruto. Maty graba como si nada y entre medio de cada pinchazo, tomamos café con bizcocho o café con galletas. A veces nos toca trabajar bajo un frío sol, otras, bajo lluvia, pero acá estamos y acá seguimos. Somos pocos pero lo damos todo, mientras la música de José se escucha de fondo…