Llevamos dos semanas sumidos en un frente de mal tiempo en Puerto Williams. Un frente que ha traído consigo vientos de hasta 100km/h, agua nieve, lluvia y muy bajas temperaturas. Esto ha provocado que nuestras actividades se retrasen y algunas se cancelen, ya que trabajamos a la intemperie en nuestra obra y con temperaturas entre los 0 y 1ºC por lo que se hace difícil, casi imposible, trabajar en la costura/tejido de la malla al aire libre. Como no tenemos otro lugar y no nos ha quedado otra, la verdad es que estos días con Pame y Seba lo hemos pasado mal bajo el agua nieve. Nuestras manos se congelan y entorpecen, se vuelven moradas tras cada puntada. Todos los días acabamos con dolor de oídos además de espalda, por la posición para poder hacer la costura, y con las narices que parecen un grifo abierto botando agua. Ya sabemos con Seba que en cuanto a la nariz no le para de salir agua, significa que debemos parar un rato la jornada y cobijarnos buscando calor, pues nos estamos congelando. Así que en cuanto ello ocurre entramos a la casa a tomar café o ya directamente nos vamos. Yo creo que si no fuera porque nuestra obra está quedando tan hermosa, hemos trabajado tanto, y queda tan poco para acabarla, creo que ya lo habríamos dejado. Menos mal que el sábado tuvimos una ventana de sol y pudimos avanzar mucho durante toda la mañana. Pero claro, el domingo nuevamente hubo agua nieve todo el día y toda la noche, por lo que perdimos una vez más el día. Esta semana pensábamos que ya íbamos a terminar y presentar nuestra obra a la comunidad, lo que no ha podido ser por lo mismo relatado. Hemos tenido que suspender y eso ha significado otras lloviznas que se nos han venido encima. Lo único bueno de ello, es que al pasar tanta agua podemos ver con claridad quienes son las personas con que realmente contamos, y quienes son siempre las y los aprovechados.
Estando aquí en el confín, uno se da cuenta también de lo largo que es nuestro país y de lo lejos que estamos. En las noticias, vemos todos los días que en el centro, norte e incluso parte del sur de Chile las temperaturas rondan los 30ºC. Nuestras familias nos envían imágenes disfrutando los parques y las piscinas. Nosotros en cambio, no nos quitamos el gorro, ni el cuello, ni la parka, por nada. Eso si, en otras partes no pueden disfrutar de la postal que es el Beagle y la montaña que nosotras recorremos a diario mientras seguimos avanzando, bajo el frío y el viento, acompañadas del sonido de los pájaros, poniendo en esta residencia del fin o del inicio del mundo, todo nuestro empeño.