Son las 14.30 y el verano se acerca. Ya no andamos tan tapados ni las nubes vienen tan cargadas. Realizamos un par de fanzines la semana anterior y se lo repartimos al colectivo Misterio, llamándolos a realizar una Minga de Mural entorno a la puesta en valor de los saberes de las mujeres de la isla, en estos cuadernillos auto-fabricados traerían información, la cual nos ayudaría al diseño colectivo del mural que realizaremos en la bodega que está en la entrada del colegio y que da al camino.
Nos agarramos de este concepto que viene del quechua MINKA y que se propagó por toda Latinoamérica, trabajo comunitario para un bien común. Lo utilizamos para hacernos entender y no ser tan ajenos para los niños y niñas, y que se incentiven con los saberes ancestrales de las mujeres.
La reunión anterior les dimos los cuadernillos que son dos, uno explica el proyecto de manera dinámica, con texto e ilustraciones, todo hecho a mano. El otro también manufacturado, pero este se puede rayar, es un cuadernillos para tomar apuntes, dibujar, equivocarse.
La idea era que hoy los trajeran completados, pero solo una niña lo hizo, la Javiera. ella “dibuja bien” y es una de las mas motivadas del grupo, de hecho se cambió de Folklore para ser partes de nuestro colectivo. Ella es hija de una de las hilanderas, que además es la bibliotecaria del colegio donde estamos realizando el laboratorio de acción rural. Nadie más que ella trajo la NO-tarea, hay que pensar rápido y no frustrarse, no nos conocemos tanto, solo sabemos muy poco de sus pequeñas vidas y quizás tienen cosas más importantes que hacer. Como la escurría es gratis, previmos esta situación y teníamos un plan B. Repartimos hojas y papelógrafos, lápices y plumones, los sacamos de la sala, les pedimos que realizaran un boceto de las mujeres de su entorno que aún practican algún saber antiguo.
Les cuesta dibujar, les cuesta imaginar y plasmar, les cuesta aceptar la frustración, les cuesta aceptar que a la primera no les va a quedar como quieren. Les cuesta aceptar que errar es parte de nuestra práctica, que el error es aprendizaje, que eso sirve y que se puede aplicar a la vida en general porque el error es reflexivo. Finalmente, desde la porfía, logramos tener varios cuerpos de mujeres trabajando la papa, casi todas en la misma posición, con la misma herramienta a la misma altura, como si se hubiesen multicopiado a mano, pero la copia también es parte del proceso. Una niña, las más pequeña del grupo (ella es de sexto y todos los demás de séptimo y octavo) se escapó de la lógica de la mayoría, ella dibujó a su abuela sacando manzanas para hacer chicha, un enorme palo en la mano derecha y en el otro una canastita al parecer de ñocha, un trío de niñas dibujó a unas mujeres hilando y tejiendo. Una lo hizo como si estuviese en la sede de Camahue.
La composición del mural colectivo llevará papa, manzana, lanas, plantas, nubes, mar, lluvia y mujeres.