Antes de lo acordado comenzaron a llegar a la sede amarilla como es de costumbre, la Coca, de las primeras, ella va en su sexto bordado; la Nany; la Mari y sus niños, que jamás se perdieron reunión; Javi y Juana, grandes colaboradores en el desarrollo del proceso junto a los niños y niñas; Valentina con su hijo en coche; la Mari con su perro Luis Felipe y su madre; más la Ángela, Laura, Patricia, María, Adriana, Dora, Marcela y Luperfina. El equipo de trabajo de la residencia ya tenía desmontado el biombo, los bordados hechos por las mujeres y las pancartas hechas por los niños en cartón piedra. Cada una tomó un trabajo y salimos marchando desde la sede, de forma espontánea y como jugando…allí estaban los mensajes de los niños y niñas de Baquedano hacia su propia comunidad y autoridades públicas, más los bordados hechos durante el proceso por cada una de las mujeres que participaron y aportaron con su visión, sus pensamientos bordados. Allí se plasmaron las consignas sociales y el imaginario colectivo de los más de 50 niños y niñas y más de 30 adultes en su mayoría mujeres. Al finalizar la marcha en la Plaza Oasis, armamos en forma colectiva el biombo de cuatro cuerpos e invitamos a la comunidad a apreciar las muestras del proceso, para dialogar, compartir y sociabilizar teniendo el arte como detonador de consignas, como un medio y como una excusa.