Ernestina Concha, fotógrafa invitada a la primera etapa de la residencia, está realizando junto a los vecinos registros de sus jardines para relevar el trabajo de mejoramiento de habitabilidad y la lucha contra los basurales clandestinos que se vuelven un problema humanitario gravísimo. Solo el esfuerzo por mantener estos pequeños oasis logra fundar alguna esperanza frente al problema de la basura y permite ir desmitificando lo que muchos vecinos nos dicen: lo que pasa es que la gente es cochina…cuando sabemos que el problema de este barrio es consecuencia de uno mucho mayor: estamos aquí en el último eslabón de la cadena del consumo y mientras nuestro país siga importando basura de los países desarrollados bajo el rótulo de “donaciones”, y justifique este hecho bajo la precariedad de la justicia social que impone a la gente vivir en y de la basura, es muy difícil poder mejorar las cosas. Sobre este, que es nuestro crudo escenario de residencia, ya que vivimos rodeados de basurales, suelo y aire gravemente contaminados; estamos trabajando junto a las organizaciones vecinales. Nos estamos organizando para el 8 de noviembre llevar a cabo una acción de arte en una de las quebradas afectadas donde esperamos una participación de alrededor de 100 personas.