Siempre he pensado en las bibliotecas como especies de oasis, donde se protege el silencio y los libros poseen ese carácter sagrado que difícilmente podrían tener en cualquier otro lugar. Esto es comprensible solo para quienes tenemos devoción por este acto solitario, íntimo, simulacro de las más amplias libertades, desplegadas en el terreno de la imaginación. Aunque la lectura también puede ser un acto colectivo y en definitiva lo es. La literatura solo se materializa a través de la lectura acumulativa de tantos lectores como le sea posible tener.
En una buena biblioteca deben confluir estas experiencias, una buena biblioteca es también un espacio para comentar, sugerir, criticar, un lugar para que los amantes de la lectura se encuentren e intercambien sus gozos y frustraciones. Eso es la biblioteca de Pica para nosotras. Por esto estamos gestionando venir con un grupo de jóvenes co-creadores de nuestra biblioteca artística hasta Pica, a presentar nuestra biblioteca artística. Gabriela Araníbar nos espera junto a su grupo de trabajo para los primeros días de diciembre…