Uno de los principales objetivos de nuestra residencia ha sido trabajar por aminorar el aislamiento en la que vive esta comunidad. Desde nuestras propias disciplinas nos ha sido posible comunicarnos con diversos artistas de Alto Hospicio y de Iquique que nunca habían venido hasta aquí. María Elisa Huinao, La Hualintana, es una poeta mapuche que llegó en los años noventa a Alto Hospicio, para quedarse y compartir su vida de creadora junto a Pepe Caliche, escritor también, recopilador de las historias fantásticas de la pampa salitrera, historias que se complementan con las nuevas experiencias de los migrantes sureños, que se quedaron acá para siempre. La Hualintana compartió con nosotros en una velada de poesía y diálogo en torno al drama humano de estos procesos migratorios. Nos habló de su lengua y su cultura, sus sueños de infancia y las injusticias que marcan la historia de su pueblo. Junto a ella, Luis Quezada, también poeta sureño, y Giannina Spínola, cuenta cuento de Hospicio, vivimos una tarde inolvidable donde también presentamos por primera vez nuestra biblioteca artística a toda la comunidad. Nuestra idea es generar nuevas posibilidades de intercambio entre los artistas de Tarapacá, que se sientan motivados a venir hasta Santa Rosa y entregar su arte a la vez que nutrirse como lo hemos hecho nosotros con la energía y la sabiduría de su gente.