Empezamos la semana grabando unos cuadros sencillos, en donde los niños del Weke Coyn, o el jardín infantil de la escuela Kom Pu Lof, presentan a sus animales de plasticina. Richi, profesora de Mapudungún de los pequeños, nos había pedido si podíamos también trabajar con ellos. La idea era realizar un pequeño trabajo audiovisual en donde viéramos a los animales locales y a los niños hablando de ellos en su lengua. Coincidentemente, con el laboratorio de cine y danza, donde trabajamos con alumnos de 12 a 14 años, habíamos ya realizado ejercicios de movimiento corporal a partir de las energías de los animales (además de los cuatro elementos presentes en la naturaleza). Por otra parte, la infancia ha sido un tema que ha atravesado nuestro trabajo con la tercera edad, en Hualpin, y por lo tanto tiene sentido acercarnos a la etapa primaria del desarrollo de un niño en la ruralidad, aunque sea de manera puntual. Éstas imágenes en miniatura pueden ser también un buen material relacionado a la memoria rural, desde su dimensión más simple. Finalmente, la grabación salió muy bien y los niños decidían los hábitats de sus animales en los alrededores del huerto y el patio.
Ayer el día amaneció despejado. Al lanzarme al camino (estos días estoy solo, sin mis colegas) como si fuera un destino ineludible, se nubló otra vez. Comenzó entonces a correr una brisa ligera y luego empezó a lloviznar, tan suavemente, que el agua se deshacía en el viento. Lo he dicho una y otra vez a lo largo de estas bitácoras: el problema de la movilización me ha hecho moverme a pie y a dedo, y conocer a la gente en los caminos. Y si bien hemos visto esto muchas veces como un problema, sobretodo desde el punto de vista logístico y de optimización del tiempo, lo hemos ido transformado poco a poco en una ventaja. La percepción del espacio y del tiempo cambia según las comodidades. Aproximarnos entonces al tiempo de la antigua ruralidad, desde la perspectiva de la memoria y los recuerdos de las mujeres de la tercera edad, es también acercarse a otro ritmo. Los niños antes se movían a pie, caminaban horas para poder llegar al colegio, incluso bajo la lluvia. Eso ha aparecido constantemente en los recuerdos de las señoras y nos ha hecho pensar al tiempo desde otro lugar, que como “artistas de las ciudades” (o de “este tiempo”), nos cuesta mucho comprender.
A principio de este mes, recién sacamos las cámaras en la escuela de Llaguepulli.
Antes, habíamos trabajado desde el movimiento corporal, incorporando poco a poco conceptos básicos del lenguaje audiovisual, como la percepción sonora y la idea del encuadre y movimiento dentro de un plano. Hoy experimentamos en componer cuadros, utilizando las tres dimensiones de un plano: cuerpos apareciendo por un lado del cuadro y saliendo por el otro, o al revés: cuerpos acercándose al lente desde la profundidad de campo o su movimiento inverso; cuerpos emergiendo desde abajo del encuadre o desde arriba. Éstos ejercicios son la primera etapa para ya la próxima semana empezar de lleno a grabar nuestro ejercicio de video danza, en el cual alumnos también participan en el guion. Va quedando poco tiempo y aún mucho por hacer…