A las 18:30 comenzamos a hacer la primera intervención textil efímera en la plaza Oasis de Baquedano, en mi primera visita al pueblo el pasado invierno, su comunidad me contó de que la pileta de La Plaza solo funcionó el día de la inauguración y después se secó…una situación que nos refleja cómo las autoridades locales y sus dirigentes sociales han sucumbido a los intereses de las mineras y a la pérdida del verdadero sentido de una dirigencia social, al significado de un buen líder. Las lucashipnóticas corrompen, desunen y desmiembran tejidos sociales a través del individualismo y el interés personal sobre el colectivo. La brutal lucha para hacer máslucasy sobrevivir a un sistema económico adverso y desolador, esto unido más aún a los conflictos, tensiones del territorio y los avatares de la naturaleza…de a poco sus habitantes nos comparten sus opiniones, con cierto recelo y temor de decir lo que piensan, una realidad que se repite aquí y en todos los territorios de nuestro querido Chile, denominadas “zonas de sacrificio”.
Como un intento de rebrotar el agua de la pileta de la plaza central de Baquedano, amarramos varias lanas de colores y en este proceso se fueron acercando niños y niñas curiosos, y varios adultos que cuidaban de los niños o que estaban sentados descansando. A medida que nos preguntaban sobre la iniciativa, nos fuimos conociendo y espontáneamente todos comenzaron a colaborar en la instalación. Una vez terminada la obra todos nos presentamos y comenzamos un diálogo sobre Baquedano, con disparadores e inquietudes como lo bueno, lo malo, lugares relevantes para su comunidad, sus principales tensiones, conflictos, cómo lo sueñan, qué le cambiaría, malos y buenos recuerdos en el territorio. Debo reconocer que fue un proceso emocionante, estremecedor, nos removieron el alma, nos hicieron sentir rabia e impotencia, como también contemplar la magia del desierto, a comprender lo que significa vivirlo y cómo ven el mundo desde aquí sus habitantes.
Nos sorprendió la participación y energía de los niños y niñas, y también agradecimos la participación de un grupo de pobladoras bolivianas que acompañaban a sus hijos. Ellas compartieron en el proceso, la discriminación que sufren por la falta de integración a la comunidad de Baquedano, realidad que apena y a la vez te dan fuerzas e inspiración. Los niños y niñas pintaron una hoja pensando en los tópicos del proceso de diálogo, y los adultos escribieron un pequeño relato en una hoja. Posteriormente terminamos con una dinámica de movimiento en la instalación textil hecha en la pileta, en donde participaron todos y todas, inclusive los perros de la plaza, que al mínimo descuido nos robaban las madejas de lana o mordisqueaban los lápices de colores. Terminamos la jornada agotados pero felices de los resultados.