Esta semana nos juntamos en la sede amarilla de lunes a viernes, luego de varios procesos colaborativos de creación y producción del mural textil, nuestras conversaciones fueron a modo de evaluación colectiva del proceso, dialogando sobre el despliegue de relaciones y elementos que se generaron en esta experiencia colectiva, la visibilización y potenciación de su tejido social deteriorado producto de las contradicciones propias de un territorio extractivista, las redes de apoyo y solidaridad que existen, la calidad de estas mismas, sus bondades, carencias, abundancias, conflictos territoriales, responsabilidades mutuas, nuestros aciertos, errores, consejos y pensamientos que no solo involucraron a las y los participantes directos durante nuestra estadía en la comuna del desierto, sino también a sus familias, por medio de la colaboración en las distintas etapas de nuestras intervenciones, tiempo en donde se generó un vínculo y un cariño mutuo.
Nos llena de orgullo saber que el proceso en sí convocó a la comunidad, no sin antes vivir la angustia y tantos esfuerzos que hicimos para invitar a participar. Cada territorio tiene sus propias realidades, subjetividades, prácticas culturales, y un laberinto intrincado de relaciones humanas y de poder, que poco a poco se develan a medida que se generan las confianzas para dialogar.
Este nuevo impulso a procesos de desarrollo comunitario a través del arte fue una gran oportunidad para la comunidad carente de experiencias similares, que de alguna forma ayudan a la cohesión social logrando conexiones entre las personas y grupos, propiciando la comprensión intercultural e intergeneracional, dialogando, moviendo conciencias, subvirtiendo realidades y a la vez motivando al empoderamiento de asuntos púbicos, comunitarios y colaborativos de su comunidad, para apropiarse de herramientas y metodologías que les permitan vivir procesos de transformación social a través del arte.
Para nuestro equipo es un privilegio trabajar con los niños y niñas de Baquedano, ellos nos mostraron con su inocencia la parte más cruel del territorio, como sus conflictos, tensiones y cómo es vivir en la vulnerabilidad de las zonas aisladas y zonas de sacrificio del norte de Chile. Agradecemos la paciencia, la participación, el entusiasmo, el interés y la energía que pusieron en cada proceso, tiempo en donde plasmaron diálogo y experimentaciones textiles, recreando los íconos naturales y culturales de su patrimonio, creaciones que serán parte del gran mural textil de Baquedano.