Dentro de estos días que hemos estado reuniéndonos con los artesanos en madera, y siempre escuchando a la comunidad, comienzan a relucir nuevas ideas para este espacio de creación colectiva, donde aparte del soporte que haremos, a l@s artesan@s se les ocurre llevar el mural un poco más allá del plano de la tela, por el tiempo que nos va quedando de residencia creemos que es posible llegar a concretar las nuevas ideas, esperamos que sí porque vemos que la comunidad se interesó en este proyecto que puede aportar a visibilizar su forma de vida.
Hemos ido observando que las nuevas generaciones de jóvenes no toman en cuenta estos temas, porque a la mayoría ya nos les llama la atención por los nuevos intereses de estilos de vida que se han creado con el paso del tiempo. Podemos ver que este interés de la casi última generación tejedora y recolectora se traspasó fuertemente a través de sus padres, abuelos, bisabuelos y así, pero ellos ya están muertos, y en muchas conversaciones los recuerdan hablando de ellos, de sus costumbres, como de cuando los hombres salían a tejer en la calle para aprovechar el sol mientras le daban forma a la lana y cuando veían que se acercaba alguien escondían el tejido para que no los molestaran, detalles así salen de la memoria colectiva, donde las generaciones de ahora lo cuentan y se sienten orgullosas de haber tenido de familia hombres tejedores. En esta etapa de la residencia sentimos que hemos sido como un puente que puede proyectar de forma visual parte de su forma de vida, y así también hemos podido aprender e ir interpretando entre todas estas historias.
Una de las nuevas ideas es poder tener un escaño frente a la tela mural, como los que se usaban antiguamente y a veces se sentaban los tejedores, decidimos en estos días hacer uno, con algunos integrantes de la comunidad fuimos a la barraca en busca de madera y comenzar inmediatamente a construirlo, con la ayuda del maestro Darío, quien nos facilitó todo, ya que en su taller tiene las herramientas necesarias para la realización de este. Con la madera en el taller de maestro Darío y con su asesoría, empezamos marcando y luego cortando estos listones de pino, armando, poniendo tornillos entre medio, conversando y comiendo frambuesas de su patio, logramos avanzar muy rápido. Terminamos el escaño, solo le falta barniz o algún aceite para proteger la madera porque estará al aire libre. Como se nos hizo de noche, esperaremos hasta mañana para poder proteger la madera y comenzar a encaminar este escaño hasta Curanipe, junto a la tela mural, e ir armando juntos este espacio.