Ayer me tocó hacer la clase con niños de 5to a 8vo básico a mí solo. Soledad, mi compañera bailarina, había partido de vuelta a Santiago el día anterior. Nuestro trabajo cruza el imaginario visual con el corporal y, como cineasta, tuve que adaptar la primera clase a un trabajo más bien corporal, para entrar en confianza. Lo bueno es que también soy actor y no me costó mucho adaptar la clase. Hicimos trabajos de movimiento y confianza y algunos de observación. Partimos trabajando en la ruca y terminamos en la cancha, bajo el sol y sentados en un gran círculo.
Hoy por la mañana, edité un poco del material de las visitas que hemos hecho a las señoras de la tercera edad en Hualpin. Luego, hice un poco de rendiciones y almorcé.
Por la tarde, salí a caminar y grabé algunas imágenes del campo, así como archivos de sonido ambiente. Fue un día tranquilo.