Jueves: comenzamos esta nueva sesión del taller de cine proponiendo hacer una cámara gigante, el objetivo era simple: oscurecer toda la sala para dejar entrar solo pequeño haz de luz que proyecte sobre un pliego de papel el exterior de la escuela. Al finalizar la laboriosa oscuridad hicimos dos ejercicios: uno de paisaje sonoro que nos permitiera identificar hasta el más mínimo ruido alrededor, y el segundo de proyección. Cuando logramos identificar la imagen que se proyectaba sobre el papel, tanto las niñas como nosotros alucinábamos con el efecto. Varios minutos, hasta el final de la sesión, jugamos con la nueva imagen que habíamos creado: movimos el telón para ver qué más ofrecía este experimento y proyectamos en nuestros rostros jugando con la luz.
Viernes: nos avisa Blanca Colun que había llegado al pueblo Edgardo Álvarez, presidente de la Agrupación de Adultos Mayores, quien nos puede recibir en su casa para contarle sobre el proyecto. Edgardo es un hombre que proyecta amabilidad y ternura, vive junto a su esposa Adelina con quien parece tener una hermosa relación de amor y amistad. Edgardo nos habla del cambio de los tiempos, del arduo trabajo (poco reconocido) de la mujer en el campo y hasta de ovnis.
Sábado: se juntaban los adultos mayores en pos de conseguir financiamiento para un viaje que quieren hacer a La Serena. Interrumpimos la reunión para contarles sobre nosotros y el porqué de nuestra presencia, proponemos trabajar juntos como si estuviésemos haciendo un álbum de fotos donde dejaríamos almacenada la memoria, propuesta que incitó a una serie de historias sobre sus vidas personales y en comunidad, dejando en evidencia la colectividad que existía y aún sobrevive para ellos y ellas.
Domingo: debido a que varias niñas del taller de cine parten de vacaciones la próxima semana, decidimos agregar más días para alcanzar a grabar lo que quieran grabar. Comenzamos hablando de una idea de película que tienen y que manifestaron la clase pasada: hacer una película de terror. Esa era su consigna, luego nos habían dicho, quizás de terror chistoso. Teníamos nuestros reparos al respecto, o interrogantes ¿De qué manera se hace una película de terror sin caer en replicar una imagen pre-concebida? Tomamos nota en el pizarrón de las ideas claves de cada una para ver qué película es la que vamos a hacer: escuela poseída, fantasmas, asesinatos, miedo al pasillo vacío, el sonido del baño, espíritus, etc. Esta conversación se empezó poco a poco, y de manera natural, a volver performática. Tomamos la handycam y empezamos a registrar las ideas y relatos que tenían que ver con sus miedos en el espacio de la escuela, aparecían dos lugares terroríficos predilectos y para todas, el baño y la biblioteca. Frente a esto decidimos hacer algo al respecto y enfrentar nuestros miedos con la cámara como herramienta. Después de representar sus miedos con la cámara en mano, este ya no existía y el terror no era de su interés para hacer la película, sino más bien hablar de la amistad y la discriminación, utilizando los formatos que habíamos creado anteriormente para representar las experiencias que las mismas niñas ahora nos contaban.