Desde la mañana los niños tenían un comportamiento extraño. Habíamos quedado de acuerdo para juntarnos a las 12 del día en la plaza con el fin de conversar sobre sí haríamos otro video o no, ya que quedaban pocos días para que ellos entraran a clases y también para que nosotros nos fuéramos de San Félix, así que teníamos que organizarnos rápido si queríamos hacer un último video.
Cuando llegamos nos dimos cuenta que estaban planeando algo, se ponían a conversar despacio y cuando les preguntamos qué tramaban se comportan algo extraño, nosotros pensábamos que nos iban hacer una broma, como ya había pasado anteriormente que les gustaba asustarnos y después decirlo el clásico “susto” para reírse de nosotros, pero esta vez fue distinto, dijeron que tenían cosas que hacer y que nos juntáramos nuevamente en la tarde.
Cuando volvimos esa tarde los niños estaban reunidos en la plaza, nos tenían un regalo, ahí fue cuando nos contaron que desde la noche anterior que fue la celebración de la vendimia en la plaza (y que por eso había más gente en el pueblo) ellos pidieron propinas para organizar una fiesta sorpresa y para comprarnos un regalo. Nos dieron el regalito que habían elegido entre todos, eran dos pajaritos y nos vendaron los ojos para llevarnos a otro lugar, la Denisse con el Camilo fueron los encargados de llevarnos, nosotros no veíamos nada hasta que nos sacaron la venda y salieron todos de sus escondites para decirnos “sorpresaaa”, nos estaban esperando con bebidas, papas fritas, ramitas y galletas. Nos quedamos escuchando música, bailando, y cantando hasta que finalmente todo terminó en una guerra de uvas, hicimos dos equipos y sacamos todas las uvas maduras de la parra que está en el jardín de la abuela del Cesar y el Camilo.
Fue una muy linda sorpresa para llevarnos un recuerdo del grupo de niños, pero también nos da pena darnos cuenta que falta muy poco para que nos vayamos, estamos muy acostumbrados a estar con los niños, estamos seguros que todos recordaremos este verano por siempre.