En la primera reunión que me invitó el colectivo “Salvemos el río Renaico” en octubre, conocí algunas integrantes de la organización de reciclaje. La organización de reciclaje se dedica a recolectar principalmente botellas de plástico PET, para ello han instalado depósitos especiales para que los vecinos de Renaico dejen sus botellas allí en vez de tirarlas a la basura. Posteriormente las botellas son llevadas a Angol donde son recicladas y la organización gana su dinero. El trabajo realizado por ellas es muy importante, ya que en las calles de Renaico y sobretodo en el balneario se observan muchas botellas tiradas. Por otro lado, observé que mucha gente reutiliza las botellas como por ejemplo para plantar flores, como regaderos de jardín, y algunas casas tienen un sistema de botellas con agua en las entradas para evitar que los perros se orinen allí.
Una de mis propuestas para Renaico era realizar una acción colectiva de escribir mensajes en botellas para el río. Luego de conocer el tema de las botellas PET señalado anteriormente, me doy cuenta que la acción podría realizarse precisamente con dichas botellas. Es así como contacto a la organización de reciclaje y les propongo que realicemos dicha acción.
Luego de muchas llamadas e intentos de reunirme con la organización de reciclaje, converso con su dirigenta y finalmente la organización acepta ser parte de la acción “botellas con mensajes para el río Renaico”. La cita es el sábado 26 de noviembre, se pegan afiches en las calles y se promociona vía Facebook. El colectivo de jóvenes también participa y convoca asistentes a través de sus respectivas plataformas. El sábado amanece con tormenta, llueve como llueve en el sur de Chile, ya son las 13 hrs. y sigue lloviendo. Son las 17 hrs. y para de llover, nos dirigimos con el colectivo de jóvenes al balneario y preparamos todo, instalamos la amplificación y ponemos música. Lentamente sale el sol y llega la organización de reciclaje con algunas personas. La tarde se torna muy agradable y lo pasamos muy bien. Escribimos los mensajes, alguno/as asistentes los leen con micrófono, atamos las botellas con pitilla y nos vamos al puente. Amarramos las botellas al puente y volvemos al balneario, nos sorprendemos al ver las botellas colgar porque se ven muy bonitas. Aunque se piensa en el riesgo de que alguien saque las botellas y las bote al río, los asistentes deciden dejar las botellas un día más para invitar a sus amigo/as a verlas. Al otro día las botellas siguen allí, finalmente las retiramos el domingo por la noche.