Cuando nos reunimos por primera vez con el grupo del proyecto de las banderas, acordamos realizar uno o más actos poéticos en lugares característicos de Los Vilos y/o sus alrededores. Hace unos días fuimos a Quereo, vivimos una experiencia tan potente y enriquecedora que volvimos a intentar coordinar el viaje a la Isla de los Huevos. Durante el proceso hemos tenido algunos problemas con la visita, principalmente porque en la zona hay mucho viento, y por consecuencia la marea sube, y los botes no pueden salir. En nuestro último intento lo hemos logrado, si bien sólo pudimos ir la mitad del grupo, de todas formas todas las banderas llegaron a alta mar. Don Pancho nos llevó en su bote llamado Aventurero III, nos contó historias sobre el puerto y de una isla rica en fauna (principalmente conejos, sí, conejos). Teníamos la esperanza de poder pisar la isla, pero finalmente no fue posible, había mucho movimiento y poca infraestructura.
La mayoría de la tripulación no había estado cerca de la isla, y la verdad, su belleza nos cautivó a todas. El viaje fue simbólico y poético, nuestras banderas flameaban inmersas en el mar y los cerros de fondo. Pudimos conversar sobre el proceso de nuestro proyecto, la fuerza de los actos performáticos y despedirnos de esta experiencia llena de romanticismo.