Durante la semana en Arica accedimos a los periódicos digitalizados de la biblioteca pública municipal. Entre los archivos dimos con un reportaje del año 1961 titulado «Socoroma es un pueblo que está actualmente abandonado», llamando nuestra atención que ya en el año 61 se refiera a Socoroma por su abandono, nos preguntamos ¿el abandono de quién?, ¿de quienes?. En el artículo señalan la falta de agua y luz, caminos y acequias para regadíos, apuntando a la persistencia de los pobladores en continuar con sus labores agrícolas y ganaderas pese a ello, refiriéndose a los socoromeños como «gentes de modestísimos recursos», señalando que habitan allí 350 personas. Este archivo nos confirma una baja de 300 personas en la población de Socoroma durante los últimos 50 años, lo que no deja de ser un tema relevante.
En el artículo señalan también la pérdida de las tradiciones autóctonas como la lengua aymara, afirmando que en realidad no se ha perdido si no que un Subdelegado de la localidad ha prohibido que se hable aymara entre los pobladores. Esto último nos abre muchas interrogantes acerca de la violencia institucional ejercida en contra de los pueblos indígenas, cuestión que se agudizó profundamente en las décadas siguientes. La señal de abandono que relata el periódico, no ha cambiado mucho a la fecha. Según relatan vecinos, gente ha fallecido por no existir un servicio de salud permanente en el pueblo que dé atención inmediata en caso de Urgencia, sumado a la escases de transporte público directo al pueblo y la falta de un liceo, forzando a que muchas familias migren a Putre o Arica para acceder a colegios de educación media. En el caso de la lengua aymara en la actualidad, sólo la manejan los vecinos mayores, abuelitos y abuelitas, encontrándose la lengua en el límite del olvido. Las generaciones posteriores dicen comprender el idioma pero no poder hablarlo, debido a que la fonética se perdió entre censuras y prohibiciones.
Conversamos también con la bibliotecaria para averiguar si existía mayor información sobre el pueblo y nos comentó sobre el amplio trabajo realizado por Carlos Choque, Doctor en Antropología y oriundo socoromeño. Buscando en internet accedimos a su tesis doctoral, la que en un extenso y detallado estudio aborda múltiples aspectos de la memoria histórica de Socoroma y el mundo antiguo andino, su imaginario y ritualidad, junto a diversos episodios de violencia ejercidos sobre la comunidad durante el proceso de chilenización por parte de carabineros y mazorqueros (grupos nacionalistas, racistas y xenófobos), quienes marcaron con cruces negras los hogares de quienes se opusieron, hostigándolos e intimidándolos y, en muchos casos, asesinándolos.
Acceder a esta información nos ha abierto muchas puertas a temáticas que no considerábamos previamente, comprendiendo la relevancia de los procesos históricos que ha sufrido el pueblo y la importancia de indagar de manera más profunda. Consideramos relevante dialogar con la comunidad para tener mayor conocimiento sobre su percepción en torno a estos temas, y sobre todo, disponernos a observar y escuchar los relatos de los propios pobladores, ya que la historia mal entendida como un constructo lineal, no se compone más que de ficciones.