Luego de visitar a la Sra. del cloro y presentarle la propuesta de trabajo que realizaremos con ella, nos dirigimos a la casa de don Carlos, reparador de bicicletas, segundo eslabón de este trabajo colaboraivo.
Al hablar con él nos enteramos de un nuevo inconveniente, nos ha dicho, que no tiene tiempo ni espacio para construir su hechizo.
Una vez más salimos a recorrer las villas de Bajos de Mena buscando un nuevo constructor. Mientras caminamos, pensando en alternativas al trabajo dispuesto para el cicletero nos encontramos con la sra. Margaret, restauradora de figuras de fibra de vidrio.
Ella es peruana y vive hace cuatro años en la villa Sergio May Colvin y hace siete en Chile, tiene su taller en el antejardín de su casa y ocupa parte del pasaje cerrado para acumular sus encargos. En la conversación nos cuenta que participó de un taller que dictó el escultor que construyó el papa del parque y que le había comentado que la mano de su escultura estaba desproporcionada, cuestión que no le habría gustado mucho .
Saliendo de allí decidimos visitar una vulcanización que días antes habíamos visto para consultar por alguien que fuese soldador o cosntructor de carros.
Al llegar al lugar, ubicado en la villa Francisco Coloane, lo encontramos cerrado, preguntamos al negocio de al lado para saber el horario de trabajo del vecino, le contamos qué andabamos haciendo y si conocía a alguien que pudiese construir un carro, a lo que rápidamente respondió, que además de ser comerciante, junto a su suegro, hacía carros para hacer algodones de dulce.