La idea de esta primera etapa de grabaciones, fue entrevistar a los personajes escogidos por y a partir de esto, en la edición colectiva ir construyendo un relato a través de su unión. Durante la marcha, surgieron preguntas y respuestas sobre el inicio de la película, que determinaron decisiones y acciones, por ejemplo, que la película partiría cuando “la caleta no era caleta”, sino que solo tierra, mar y cielo, lo fueron representando a través de la cartografía que hicimos hace unas semanas.
Ayer, fue un momento muy importante para esta residencia porque por fin logramos reunir a variados miembros de la comunidad, que representan diversas visiones y formas de construirla, además se sumaron personas que habían dejado de participar, y no hubo discusión respecto a que la Escuela es nuestro tema porque es representativa de aquel sentido comunitario que los mismos vecinos dicen se ha debilitado con los años. Además, se identificó la idea de que, el realizar una película sobre esta labor de construcción y demanda colectiva, ayuda a traspasar a las nuevas generaciones esa esencia luchadora que reconoce poseer esta comunidad. Visionamos el material grabado y el montaje de la introducción, y nos gustó a todos. Todo bien hasta ahí, la discusión surgió cuando comenzamos a profundizar en la forma y estructura de nuestro documental…
¿Deben salir en pantalla las personas que entrevistamos?
¿O podríamos generar un relato en off a partir de estos testimonios registrados?
Desde que llegué a esta comunidad, ha sido muy llamativo para mí el hecho de que la mayoría de las personas que la conforman, poseen personalidades muy intensas, que generan confrontaciones por situaciones que van desde lo banal hasta lo complejo. Mientras que para mí -como observadora de estas- son situaciones que podrían solucionarse a partir del diálogo y la tolerancia, pero en esta comunidad generan cierto grado de pasión y puede llegar más allá de las palabras, independiente de los lugares donde se desarrollen o de la presencia de otras personas. De todos modos, esto es algo que al comienzo me impactó, pero hoy hasta me causan cierta gracia -por supuesto que lo digo respetuosamente-. La decisión de las entrevistas causó una intensa discusión, pero finalmente logramos un consenso. Fue curioso como después de esa intensidad, vinieron repentinamente la calma y las risas, y finalmente decidieron que debían estar los rostros de quienes entregaron sus testimonios e incluso se definieron un par de personas más para ser entrevistadas.
Hablamos sobre el título del documental y propusieron que quedara como tarea personal el llegar con una propuesta para este. Al finalizar esta reunión, del baúl de los recuerdos personales de Don Omar Ávalos -ex presidente del sindicato- llegó un VHS con la grabación de la inauguración de la Escuela.
Adicionalmente, los participantes se dieron cuenta de que con este documental, estábamos dejando fuera las formas de vivir aquí -esas formas de construir esta comunidad- y comentamos sobre cuáles eran estas. Ante el listado de roles identificados, nació el desafío de concretar una forma para incluirlos en nuestra obra y que desde mi visión, este desafío también definirá la forma de la exhibición.