Por Francisco González Henríquez
Ya sabía hace mucho tiempo que iba a participar de este proyecto, y a medida que se acercaba la fecha de mi llegada a Caleta San Marcos, el nerviosismo aumentaba. Una parte de mí no quería decepcionar a Katherine por confiar en mí y en mi profesión para este proyecto, y por otro lado quería que mi labor fuera un aporte para esta comunidad.
Si bien había seguido el avance del proyecto por medio de esta bitácora, y de ese modo me formé una imagen de lo que me esperaba (la caleta, la gente, la escuela, los pescadores, etc.), mi primera impresión fue diferente: vi un lugar muy aislado, un campamento en condiciones precarias, frente al mar, pero en medio de un desierto muy árido. Me cuestioné cómo una comunidad había surgido en este rincón tan –a mi parecer– inhóspito.
Sin embargo, esa impresión fue cambiando a medida que me integraba –dentro de lo que el tiempo permitió– a la vida en esta caleta. Aquí Katherine actuó como un pilar fundamental en generar los vínculos para que los san marquinos conocieran a este diseñador gráfico que vino desde Santiago a colaborar y lograr diseñar en conjunto una portada/carátula para el DVD que va a contener el material audiovisual de este proyecto.
Para lo anterior fuimos a trabajar con los niños que integran la nueva escuela de la caleta. Alrededor de veinte niños que cursaban entre 1° y 4° básico. Queríamos que experimentaran con técnicas y materiales que no son parte de su cotidiano, para que se vincularan más con el arte (no cuentan con esta asignatura en su plan de estudios), que conocieran las acuarelas y las tintas, y de este modo proporcionarme el material gráfico con el que elaboré la primera opción de portada de la película. Sus reacciones ante la actividad me tomó por sorpresa, muchos no seguían las instrucciones y actuaban por intuición. Esto produjo resultados muy interesantes para mí como diseñador.
En una segunda jornada trabajamos con los chicos del 5° al 8° básico de la misma escuela (15 niños app.). Ellos experimentaron con texturas (encontradas en la misma caleta como redes, mallas, cuerdas, entre otros) que impregnaban de color e imprimían sobre hojas de block. Estos alumnos “más grandes” trabajaron con mayor dedicación e interés y nos permitieron que la actividad se desarrollara de manera adecuada. El proceso de experimentación me entregó una serie de trabajos coloridos con los que pude diseñar la segunda opción de portada.
Cuando ya tuve las dos opciones era tiempo de que la comunidad (todos y todas, grandes y chicos) votaran por su preferida. Para ello nos encargamos de llevar un proceso electoral a un lugar del país donde nunca se ha sufragado por nada: Caleta San Marcos. Pusimos nuestra dedicación en que fuera lo más real posible, como las elecciones que vivimos el pasado 19 de noviembre. Diseñé los votos con ambas opciones, una forma de plegarlos y sellarlos con un autoadhesivo, una urna con una cara transparente para demostrar el ingreso de los votos y una planilla para llevar un registro de los votantes.
Para nuestra gran sorpresa y satisfacción llegaron a la ex escuela (nuestra sede electoral) 58 personas a elegir una portada para la película. De todas las edades se hicieron presentes y entre ellos se corrían la voz del proceso que se estaba llevando a cabo. Fue muy gratificante ver la participación de la gente, ya que muchos se habían restado del proceso en actividades anteriores. Cabe mencionar que la segunda opción fue la ganadora.
Dejo este lugar muy cansado por todo el trabajo que hicimos, pero a la vez muy contento de los resultados que conseguimos tanto con los niños como con los adultos. Ver a los más pequeños disfrutar con las técnicas artísticas y también a los adultos emocionarse al ver las imágenes de su caleta de hace más de 20 años, que proyectamos en la vía pública, o cuando algunos nos felicitaban por nuestro proceso electoral, fueron hechos que me comprobaron que lo estábamos haciendo bien y que el proyecto audiovisual cobraba cada vez más sentido tanto para ellos, como para nosotros. También me voy muy admirado por la historia de esta caleta, por la fuerza de su gente al sobreponerse a escenarios tan adversos a lo largo de los años y también por todo lo que han logrado como comunidad.