Nos tocó viajar el día sábado por la noche hacia Toltén, tras una serie de dificultades con la cabaña donde nos alojaríamos, las integrantes de la Mesa de la Mujer Rural nos ayudaron a resolver el problema. Nuestra lamngen Gloria y su familia nos estaban esperando en Pocoyán, para recibirnos con los brazos abiertos. La movilización los días domingos hacia las zonas rurales es compleja, pero logramos llegar muy bien hasta la casa de la familia Merillan Antillanca. Allí nos recibieron con un cariñoso desayuno, luego nos invitaron a probar el ñachi, el apol y karvtun, preparaciones mapuches que desconocíamos. La otra vez que vinimos a visitarlos nos prepararon vuna poñi, comida hecha con papas fermentadas. En esta ocasión, nuestra visita nos recibió con estos platos que demuestran el cariño y la confianza que hemos establecido. Durante la tarde nos fuimos al río Toltén para disfrutar de un asado de cordero y de poder bañarnos en sus torrentosas aguas.
El día lunes nos levantamos temprano para tomar el bus que va de Pocoyán a Toltén, no obstante, el bus pasó antes de tiempo. Tras ese percance tuvimos que irnos en camioneta hasta el pueblo. Allí ya estaban la mayoría de las integrantes de la Mesa preparando todo para el lanzamiento del libro. Para nuestra sorpresa nos estaban recibiendo con abundante comida y mucho cariño, nosotros también hicimos nuestro aporte para contribuir a la instancia y así poder generar un momento cariñoso y memorable. La jornada estuvo cargada de emoción al ver que cada poyewvn nvtramkan se materializaba en este libro y en los comentarios que los asistentes nos entregaron a Constanza, Antonio y Manuel, así como a integrantes de la Mesa.
Las palabras iniciales las dijo Blanca González, quien contó importantes hechos en torno a cómo se formó la Mesa hace diez años. El libro trata también sobre eso: de cómo las integrantes de la Mesa han podido conformarse y luchar contra el machismo en el contexto rural. Luego nos tocó hablar a nosotrxs donde contamos cómo fue el proceso de la residencia, pero también contar cómo nos implica el haber generado lazos con cada una de las integrantes. Fue inevitable que la emoción nos inundara y que incluso algunos se quebraran. El trabajo tenía más sentidos, sobre todo a la luz de ya un breve tiempo de espaciamiento entre nuestro último encuentro. El libro, una humilde publicación, no solo entrega información sobre quiénes son, sino que es un punto de vista compartido, agenciado y comprometido con la Mesa, su ímpetu feminista y su resistencia alimentaria y soberana.
De eso se trató la jornada, de reunirnos a celebrar esta publicación donde aparece la palabra de cada lamngen, de sus vidas, de su trabajo, y para la fortuna de nosotros, esas palabras están entretejidas con las nuestras.