Después de un largo viaje desde la ciudad de Santiago llegamos a nuestro destino final San Félix, pequeño pueblo al interior del valle del Huasco. Día a día nos hemos ido acostumbrando al fuerte calor, levantándonos temprano para aprovechar las horas más frescas y adentrándonos a la casa en las horas más calurosas, como es costumbre en esta localidad (entre las 1 y las 5 de la tarde es difícil encontrar a gente en las calles, ya sabemos porque). A veces nos tiramos al río en un posón que tenemos frente a la casa para poder refrescarnos un poco, a las 18.00 hrs se pone el sol y con esto baja notablemente el calor, aún quedan algunas horas de luz para volver a salir e ir haciendo contacto con los pobladores, conversando del proyecto para ir viendo que ideas van saliendo y de qué forma puede ir agarrando la residencia. Por ahora nos acompaña La Negra a cada lugar que vamos, una perrita que vive en la plaza y que ha habíamos conocido cuando vinimos en agosto, estamos muy felices con su compañía y al parecer ella también con la nuestra.