Autora: Sandra Marín
Desde Julio que había una idea. Todo octubre y noviembre preparándonos para sobreponer la imaginación con la realidad. Micro insomnio toda la semana pasada imaginando todo lo que podía salir no tan bien para tener las máximas alternativas de safar lo mejor posible. Y llegó el primero de diciembre a las 9 am.
Pintamos diariamente 15 metros con los niños y niñas de la escuela Bélgica entre el 1º básico y el 8º. Antes de empezar conversábamos, ¿cómo es Punitaqui desde dentro?, ¿cómo ves tu casa, tu pieza, el perro, el patio? Cada hora y media fue un diálogo abierto en que el dibujo nos abría camino por pensamientos, amores, miedos y deseos. Eso indescifrable que desde un lugar insólito sube a la mano para dibujarse en formato 1:1. Fauna gigante, la comida favorita, mi familia, mis proyectos, los monstruos. Nos aparecieron hasta dinosaurios y alienígenas a través del portal que atravesamos cuando vamos más allá del formato.
Y bueno, resultó. La coordinación, los compromisos, la estructura y el inesperado. 5 cursos con dos o tres profesores que los acompañaban, los profesionales de Servicio País, los de comunicaciones de la Municipalidad, los carabineros que nos daban una calle completa para la caminata, el coordinador de la Casa de la Cultura y algunos de los que trabajan ahí, madres de algunos de los chicos y el abuelo de una de las niñas que encabezó nuestra caminata desde la Casa de la Cultura hasta pueblo viejo.
Niños en primera plana, sus dibujos, sus ideas y conversaciones estampados en 100 metros de lienzo llevados por más de 137 humanos. Un hito que resalta el valor de los chicos y los ubica en el eje de lo que estamos construyendo. #kidsnewpoliticalarguments