Hace unos días estábamos hablando con Rodrigo Vidal (director del Centro Cultural) del proyecto sobre el tren y la importancia de entenderlo desde la memoria y no desde la historia. La noción de memoria creo que está cambiando la forma en que se construye la historia, trasladándola desde una forma autoritaria, elitista y con una mirada institucionalizada, hacia una más flexible, participativa, accesible y afectiva. Discutiendo sobre el tema, Rodrigo recordó a Fernando Morales, vileño coleccionista y apasionado por los archivos vinculados a la zona. Lo llamamos para preguntarle si es que le gustaría ser entrevistado, participar del proyecto y si es que, por su puesto, tenía algún tipo de archivo relacionado al tren. Nos dijo que si y me invitó a visitar su residencia.
Nos juntamos con Carolina en la Casa de la Cultura y nos fuimos caminando a la residencia de Fernando sin saber con qué nos íbamos a encontrar. Tocamos el timbre, nos recibe y nos hace pasar. Con los primeros pasos nos dimos cuenta que no estábamos entrando a una residencia común y corriente, sino más bien a un museo de historia natural. Luego, el lugar se transformó en una gran exposición de fotos sobre Los Vilos. Aquí fue donde Fernando nos mostró dos fotos relacionadas al ferrocarril, una copa de agua y la estación de descarga que actualmente es la sala de exposición de la Casa de la Cultura. Nos contó su historia personal detrás de las fotos y de toda una vida recolectando, valorando y conservando el patrimonio de Los Vilos. Comenzó cuando tenía 5 años coleccionando huesos que encontraba en la playa y nunca más paró. Nos contó -con lágrimas en los ojos- que se emociona cada vez que habla de su colección y el pasado de Los Vilos. Estaba muy contento con la idea de que su relato forme parte de una exposición junto con otras memorias y archivos de vileños. Nos dijo que esta oportunidad le da sentido a todo su trabajo, el cual espera que sea transformado en un museo oficial.
Para finalizar, ¡terminamos en su acuario!