La mañana inicia con mate y pan con palta. En la mochila témpera magenta, azul y amarilla, 20 pinceles y 20 vasos. Llegamos a la Casa de la Cultura a las 10am. Nos mecanizamos para instalar una sola franja de papel compuesta por 20 pliegos de 77×110 cm. Preparamos los vasos con pintura, las herramientas y las servilletas para los que siempre se salen de la línea. Hoy convocamos a los niños del 1º básico de la Escuela Bélgica a dibujar Punitaqui. A las 11:30 am cruzan en fila cantando “quién le robó el sombrero al profesor”. Se sientan frente al lienzo. Conversamos con ellos cuáles serían los hitos del pueblo. Cada uno elige el que más le gustaría dibujar. La plaza, las carreras de caballos, el puente, la Municipalidad, el río, el cerro Piedra, los bomberos, la iglesia, las cabras, las flores, su casa, un arcoíris, el cielo y así. El pliego se colorea completo. Los pigmentos se mezclan, aprendemos que el azul con amarillo da verde, que el magenta con azul da morados, que el amarillo con magenta da naranjo y que si mezclamos todos los colores queda un café oscuro parecido al color de los cerros en verano. A las 12:30pm es hora del lavado de manos, muchos ya la tienen completamente pintada para dejar su firma completa de mano en el pliego. El curso se va de la mano de Cynthia, su profesora jefe y dos tías que la acompañan. Aplausos para todos y quedamos en realizar una nueva jornada de pintura de la ciudad para ir construyendo entre todos la forma en que vemos Punitaqui.