I
Llegamos a las 8:30 am a Toltén, con Constanza Araya, periodista Mapuche co-fundadora del colectivo de comunicación Mapuche Lafken Kurruf (https://lafkenkurruf.com/). Nos vinimos con Constanza desde Santiago, luego de haberla recibido directamente desde la quinta región (Viña del Mar, ciudad donde reside). Había sido un día de ya bastantes viajes para Constanza, sin embargo durante el viaje desde Santiago a Toltén, pudimos conversar en extenso, contándole del trabajo que hemos desarrollado y las ideas y deseos que estamos levantando junto a la Mesa de la Mujer Rural de Toltén. Mientras le contábamos de nuestra experiencia, podíamos sentir cómo le íbamos transmitiendo la euforia y admiración que nos causaba estar cerca de este proceso de autonomía económica y social, con una declarada perspectiva lafkenche y de búsqueda de una autonomía de la dependencia económica de sus maridos o ex-maridos.
Conversamos de cómo pensar esa perspectiva y proceder que habían instaurado estas mujeres para sí mismas en relación a los feminismos. Creemos que es un gesto de violencia epistemológica encasillarlas bajo una categoría que pretende explicarlas. Sin embargo, la manera en que se plantean colectivamente responde a una realidad económica, social, psíquica, corporal que las oprime, las violenta y las excluye, por ser mujeres, vivir en un entorno rural y además auto-reconocerse como indígenas. Esto podría ser la sana expresión de la hegemonía del patriarcado, pero agenciado íntimamente con las continuidades coloniales que el Estado-nación chileno mantiene operativos como instituciones. Instituciones formadas mediante una razón que excluye otras formas de vida que se plantean ajenas a la naturalización del aparato neoliberal como única forma de vida. Estas mujeres no compiten entre ellas, porque saben que ya les han robado toda su vida, los hombres o el estado o los españoles. Existe una ética de trabajo que se basa en una solidaridad económica, pero que en este contexto, implica una resistencia profundamente política. Tanto porque interrumpe la línea de la dependencia económica con los hombres, así como plantea otra estructura de funcionamiento colectivo que no se basa en la competencia neoliberal; por tanto también interrumpen una trama colonial-moderna perpetuada en el mercado.
II
Nos reunimos a las 11:45 con las señoras Ana Díaz Escalona, Gloria Landeros Cañuqueo, Hortensia Lemun Jaramillo, Maritza Rivera, Janet Antillanca, Eugenia Reinao, Sandra Paillafil, Gloria Antillanca, Marta Alarcón Antillanca, Carmen Huaquilen, Blanca González, en el galpón que INDAP les cedió desde hace ya un año. Nos invitaron pues justamente a las 12:30, se realizaría una reunión con INDAP-CONADI, PDTI (programa de desarrollo territorial indígena), quienes financiaron una parte de la remodelación del galpón.
Comenzamos a saludarnos con cariño y fuimos presentando a Constanza a todas las integrantes de la Mesa presentes. Todas estaban muy expectantes de conocer a Constanza. Apenas pudimos saludarnos y ponernos al día cuando comenzaron a llegar las autoridades institucionales con sus equipos técnicos. La señora Blanca les indicó dónde sentarse: en unas bancas alrededor del fogón, mientras nosotros junto a la Mesa estábamos en una mesa de madera, detrás de la señora Blanca. La señora Blanca comenzó a dirigirse a los presentes para contarles del progreso, en el fondo rendirles cuenta. De a poco nos dimos cuenta cómo estábamos dispuestos en la escena, pues estaban las instituciones por un lado y la Mesa y nosotros por otro. Luego de repasar las implementaciones que habían logrado, el jefe regional de INDAP se dirigió públicamente a Manuel Carrión para preguntarle quién era y qué hacíamos nosotros acá. Si bien fue una pregunta directa, no fue descortés en lo absoluto. En ese momento Manuel comenzó a explicar el contexto, forma de trabajo del programa y nuestro proceso en breves pero directas palabras, haciendo hincapié en lo afortunado que nos sentíamos de poder ser parte pequeña de un proceso muy importante para la comuna y para nosotros mismos también. Los presentes quedaron satisfechos, la señora Blanca se mostró muy contenta con nuestra intervención, como un respaldo afectivo y concreto a los planteamientos y resultados que ella mostró previamente. Posteriormente nos dimos cuenta que lo que había sucedido en esa reunión había sido muy importante para la relación que hemos formado con la Mesa, pues se trata de una declaración de afecto y compromiso que se ha vuelto más y más público.
Luego de la reunión nos quedamos en la mesa compartiendo un kuchen, tortillas de rescoldo, pan con queso y mate. Constanza se dedicó a conversar con cada una de las integrantes presentes, pudiendo no solo coordinar una agenda de contactos, sino que establecer un primer encuentro honesto con cada una de ellas. Podíamos ver cómo el diálogo con Constanza fluía de otra manera, pues se sentían más cómodas, ya que Constanza es una mujer que se auto identifica como Mapuche, además especialista en comunicación y periodista profesional.
De vuelta a la cabaña para cocinar y planificar, pudimos observar en nuestros rostros el entusiasmo de tener la certeza que estábamos en algo muy importante también para nuestras vidas, un aprendizaje que va a quedarse con nosotros, transformándonos.