Diego Ayala había colaborado previamente con nosotros en el año 2016 en Melipeuco. Ahora vuelve a visitarnos y desarrolla un proyecto que aborda la presencia y ausencia, lo habitado y deshabitado de Cerro Sombrero. Una idea que implica nuestra propia participación como dialogantes junto a la comunidad y que reflexiona en su desarrollo, sobre lo efímero y sensible de los procesos colaborativos. Y bien que nos viene además la ayuda de Diego por estos días: durante la tarde del martes llevamos a cabo el primer día de rodaje junto a las niñas del taller de cine destinando roles y trabajando arduamente en la realización de la primeras escenas de su película. Para más tarde ese mismo día exhibimos la penúltima función del Cine Club con la película Robar a Rodin, del director Cristóbal Valenzuela Berríos. Llegada la mitad de semana seguimos rodando junto a las niñas, quienes estoicas no olvidan sus roles y encomiendan su trabajo como cineastas.