La imagen de Yeni fue: Hernando de Magallanes navega por las costas de Tierra del Fuego en una época poblada por indígenas, pero él no logra hacer contacto alguno, la única señal fueron las llamaradas que se encendían mediante su paso (método que usaban los indígenas de la isla para comunicarse entre tribus). La idea del no-contacto pero con la señal clara de alerta, fue lo que intentamos representar una tarde en nuestra casa, donde Yeni llegó con dibujos y maquetas de barcos europeos, despejamos el living y creamos una Isla de Tierra del Fuego versión maqueta que emulaba la noche de la llegada del conquistador. El nivel de sincronización de circo pobre fue maravilloso, éramos 6 personas distribuidas en el living, donde teníamos que lograr ir haciendo el efecto del viento (algunos), otros mover el barco, otro iluminarlo a través de un tacho de agua (para dar el efecto de mar) y otros ir apagando los fuegos. Nos reímos, los errores son muchos, pero la satisfacción al final del día es compartida. Obviamente el rodaje nos tomó toda la tarde, lo que nos dejó sin tiempo de grabar la segunda idea: los pasos de Magallanes entrando por la playa, y los de los indígenas por la estepa, imágenes que al día siguiente concluyeron de alguna forma las representaciones del imaginario de Yeni, en una nueva visita breve al estrecho de Magallanes, pero esta vez en una nueva temporalidad.