Con Marta y Guillermina nos reunimos temprano en el galpón para tejer, tenían varias dudas con respecto a algunos pasos de cómo tejer con ñimikan, así que fuimos recordando parte por parte desde el comienzo. También hicimos cordones dado que los palos auxiliares se les habían extraviado, así que aprovechamos de aprender a confeccionar cordones torcidos y otros trenzados. La mañana pasó rápido, recordando no sólo cómo tejer, sino de las veces que hemos ido hasta Pocoyán a visitarlas.
Luego llegó Ana y se integró a la reunión, ahí todas tejieron en silencio por un rato, mientras las demás estaban preparando el almuerzo que compartiríamos luego. Ana nos contó que su madre era hábil tejedora de frazadas, pero que ella nunca aprendió como las hacía, en su familia se ha heredado un ngerewe de hueso de ballena que se traspasa de tejedora a tejedora, por eso la emoción de Ana en reunirnos a tejer. Cuando la visitamos en Fintucue, pudimos conocer a su madre que estaba tejiendo concentrada mientras llovía intensamente, ahí habíamos visto lo que nos contaba, junto con haber conocido a su madre en profundidad. Guillermina nos contó cómo ella se acercó al tejido a través de una capacitación, pero que les enseñaron todo tan rápido y mecánico que no lograron comprender de qué trataba. De eso mismo se ha tratado hacer estos pequeños encuentros que hemos llamado trafkin kimvn, porque acá no hemos venido a enseñarles algo que ellas desconocen, sino más bien, a compartir saberes del textil porque muchas de las lamngen tuvieron en su familia o cercanos alguna tejedora. Es triste ver que este oficio se ha perdido mucho por esta zona, son pocas las tejedoras que hay que sepan hacer complejos dibujos, y por ende, hay mucho conocimiento que desean rescatar, sobre el significado de símbolos, sobre técnicas, sobre la lengua. En eso, creemos que no existe una sola forma de revitalización de estos saberes, pero sí es fundamental reunirse, conversar y atreverse a explorar las técnicas textiles para volver a trabajar con ellas y así, la tejedora en el camino va resignificando el mundo con el textil.