El mural de la Digna Rosa ha avanzado notablemente. El reunirnos más días a la semana con todo el grupo, fue lo que aceleró notablemente el proceso. Comenzamos a pintar por sectores más grandes, por ejemplo, toda la casa en el árbol, o el perro completo, a modo de ir dándole consistencia a la imagen total, y no sólo a los pequeños dibujos en cada baldosa. Ya está tomando forma y comenzamos con las quemas. Les niñes han podido ver resultados finales y han continuado avanzando activa y conscientemente de la pintura. Contra todo pronóstico, ni las salidas fuera de Santiago ni el calor han detenido el taller. Bea y Sergio nos cuentan que a les niñes les encanta participar del taller y siempre preguntan por este, incluso una chica nos preguntó si seguiríamos durante el año.
Con el pasar de enero la cantidad de niñes baja, pero se afiata más. Nos conocemos más entre todes y hay más confianza. Entre elles se conocen por el barrio, pero van a diferentes escuelas. De todas formas, hay buen ambiente en general y se notó cuando a la Alanis se le rompió una baldosa, todes les niñes comenzaron a decirle que eran accidentes que sucedían, para que ella no se sintiera mal, y rápidamente lo arreglamos entre todes. Alanis tiene 14 años y es de Perú, lleva viviendo casi dos años en Chile, y se caracteriza por su amabilidad ganándose el apoyo de les niñes en general.
Con Bárbara, una de las niñas más grandes del taller, que ha tenido una participación constante, estuvimos trabajando en lo que escribiremos en el recuadro blanco como mensaje en el mural. Definitivamente tenía que ser un mensaje a los adultos de parte de les niñes, son elles quienes han construido el mural, pensado en lo que elles imaginan para la plaza de sus sueños. Luego de rato recordando las primeras intenciones de los primeros talleres, nos acordamos de los derechos del niño y decidimos inspirarnos en uno de estos para nuestro texto. Finalmente quedó así: “Esta es la plaza que queremos construir ¡Ayúdanos a hacerla realidad! Los niños y niñas de la Digna Rosa tenemos derecho a jugar y divertirnos en un ambiente limpio, sano y feliz. Cuidémonos entre todos y todas”. Aún hay que mostrárselo al resto de les niñes para saber que opinan, pero creemos que esta frase encierra más o menos lo que hemos estado conversando en los talleres y el mensaje de El Clan. Ese texto de hecho será firmado como ‘El Clan’, porque se entiende que son los niños y niñas que participan en las actividades, quienes constituyen la organización El Clan. El mural tendrá por título “La plaza del Encuentro” ya que en ninguna otra parte sale el nombre en la plaza misma.
Nos dimos cuenta que ya casi estamos terminando ese mural y es momento de empezar a trabajar en el segundo mural prometido. Este mural es mucho más simple al ser en pintura directo al muro. La idea es hacer un fondo abstracto de colores vibrantes y sobre este, hacer siluetas en negro de les niñes bailando o haciendo la pose que quieran. Como nos han contado Beatriz y Sergio, lo que busca el Clan es habitar la plaza de los encuentros, apropiarse de ese espacio para hacer comunidad, y esa apropiación debe ser de parte de los niñas y niñas, por lo tanto, incluir muchas siluetas de niñes a lo largo del muro (mide 9 metros) será una forma de mantenerlos presentes en la plaza constantemente, que se sepa que les pertenece a elles y sus actividades, no para consumir drogas ni para convertirlo en estacionamiento de feriantes. El primer paso para hacer realidad la plaza que les niñes sueñan es crear un horizonte y eso es lo que estamos haciendo con estos murales, dejando así manifestadas públicamente las intenciones de les niñes. Esperemos los murales sean la semilla de cambios más profundos en la plaza.