Semana post-fiesta. Comenzamos nuestro primer encuentro con abrazos de feliz navidad y hasta un regalito me llegó. Días donde las rutinas se diluyen en la festividad. A pesar de esto, hemos logrado encontrarnos.
Ya veníamos conversando en torno a “Esto no es un paisaje” y en cómo representarlo, pero para lograrlo, en estos días hemos continuado ahondando en Curanilahue. A las/os chicas/os les pareció que la ambición juega un rol importante en el proceso que ha vivido su territorio y que, este concepto, detona ciertas acciones del ser humano, generando resultados, consecuencias, impactos.
Si lo que ocurre es consecuencia de la acción humana, ¿por qué no podemos cambiarlo?, fue una interrogante que se presentó en varios momentos. No es que con nuestra plataforma esperemos cambiar drásticamente lo que ocurre, pero creemos que es importante invitar a pensar en torno a esto, interpelando aquella pasividad con que se desarrolla la contingencia, ya que como dijo Gaby, “la gente en Curanilahue ni siquiera sabe lo que pasa, porque no se informa, porque vive en el presente sin mirar alrededor y no piensa en el futuro”.
Tomando estas reflexiones, definimos tres espacios para nuestra plataforma y tratamos de encontrar los colores adecuados para estos. Cuando los encontramos, cubrimos con telas el esqueleto. Para el espacio de consecuencias, las/os chicas/os propusieron explorar la técnica del stop motion, pensando en realizar una pequeña obra audiovisual. Esto nos llevó a realizar algunas pruebas con el proyector, el cual desde adentro no funcionó, pero desde afuera quedó bien. Las chicas propusieron cortar un rectángulo de la tela negra e incorporarle tela blanca –como una especie de telón–, la cual Javi bordó a mano.