Después de las actividades de la jornada de ayer, las cuales finalizaron cerca de las 8 pm, iba al supermercado a comprar la comida para el día de hoy, y en el colectivo que tomé, tuvimos un accidente, en el cual mi dedo de la mano derecha resultó con un profundo corte. Mi destino, el supermercado, se convirtió en la urgencia del hospital, el cual paradójicamente se encuentra al frente. El tiempo de espera no fue distinto a lo que he vivido en otros lugares de Chile, mi día finalizó cerca de la 1 am, mientras que mi dedo con sutura.
Hoy en la mañana, pensé en suspender la actividad, pues el cansancio de la semana y de lo ocurrido, se hacía presente. Sin embargo, el tomar esta opción, generaba un montón de situaciones no contempladas –no solo para mí–, y finalmente, tomé la decisión de continuar con lo planificado. Era el último esfuerzo.
Con esto, el día de hoy se puso en juego la organización, la proactividad y el compromiso del grupo, pues con una lesión en la mano derecha –yo, diestra–, estuve a medias en cuanto a acciones se refiere. El grupo tomó el mando de la jornada, sacamos y cambiamos algunas escenas, y finalmente, realizamos todas las tomas faltantes.
¿Qué podría decir de esta semana?…
… el tiempo juntos, nos permitió conocernos más. En estos días tuvimos conversaciones que, por mi parte, establecieron/fortalecieron el lazo con estos/as chicas/os. En algunos momentos navegué a mi adolescencia y en otros, comprendí sus sentimientos y comportamientos desde la adultez.
…si los dos primeros días fueron intensos, los tres que continuaron lo fueron doblemente y, cuando avanzas sin ser consciente de lo acelerado que vas, la vida se encarga de frenarte.