En las conversaciones con Red Cultura han surgido inquietudes sobre nuestro proyecto que nos han llevado a reflexionar sobre por qué hacemos lo que hacemos. Para ellos el proyecto se estaba viendo como la implementación de talleres de una técnica específica, y en vez de ser un proceso de trabajo en prácticas colaborativas con agentes de la comunidad, que resignificaran elementos comunes o tensiones, que abordaran problemáticas locales, de crear nuevos contextos. Esta pregunta nos llevó a darnos cuenta que para nosotras los talleres de cerámica, nos sirven de excusa para ir congregando a la comunidad y a la gente del Centro Cultural y la agrupación El Clan en torno a un plan. En realidad los llamados talleres, son instancias regulares de conversación y creación colectiva. La manera en que enfocamos estas actividades es el diálogo sobre la identidad local a partir de las experiencias y opiniones personales. El muralismo en azulejos pintados nos da una materialidad, un lenguaje plástico que ponemos a disposición de los colaboradores para compartir y validar sus perspectivas sobre el barrio. Verdaderamente lo de la transmisión de conocimientos no lo consideramos relevante porque implicaría que nosotras sabemos algo que nuestros colaboradores no saben, y en realidad creemos que ellos son los expertos en su identidad, y por lo tanto, buscamos todos aportar desde nuestra experiencia para crear una nueva realidad local, una nueva forma de relacionarse con el vecindario, a través del arte.
Y respecto a los avances en nuestro barrio, afortunadamente en las últimas semanas hemos logrado resolver algunas tensiones, particularmente entre la agrupación El Clan, la dirigencia del centro comunitario CAD y la Casa de la Cultura. Hemos ido sumando colaboradores tanto en el vecindario de la casa escuela, como en el CAD en la Digna Rosa. Lo de los talleres nos ha servido para darle una estructura en la cual recibir a nuestros participantes, que ya se están organizando para venir al menos un día de la semana a conversar y crear. De hecho, tanto en la casa de la cultura como la agrupación El Clan, realizan actividades colaborativas y comunitarias de creación artística, en las cuales son los mismos vecinos que se organizan y trabajan de forma horizontal en torno a la danza, la pintura, la música y el teatro, entre otros. En estos talleres los profes van cambiando y siempre son miembros de la misma comunidad que se alternan los roles de estudiante, profe y ayudante, según se necesite. Es un formato muy fluido y democrático que nos ha dejado muy impresionadas. Y por eso pensamos tomar su mismo modelo y adaptarlo para las condiciones de nuestra residencia.