Luego de estar dos semanas buscando coordinar una reunión con la comunidad de cantoras que viven todas en sectores rurales de Quilleco, y no pudiendo conectarme con ninguna a través de diferentes medios, me pregunto sobre la naturaleza de la comunicación en el campo, sobre los tiempos de cada uno, sobre la posibilidad de solo llegar. Estoy coordinando entonces una camioneta de la Municipalidad para esta semana, y llegar así nada más a sus casas, los choferes de las camionetas saben cómo encontrarlas.
De forma paralela indagando en la comunidad de Quilleco, di con el trabajo que están realizando unos jóvenes que son principalmente de la población cercana a mi casa, San Lorencito PSL. Gracias a Oscar de Servicio País los contacté, y hoy fue posible concretar la primera reunión y discusión del proyecto con gran parte de la comunidad con la que trabajaremos. Se trata de un grupo de alrededor de 20 jóvenes que se subdividen en diferentes organizaciones autónomas, participando interrelacionadamente de acuerdo a sus intereses, y que tienen como fin común la democratización de los espacios públicos de Quilleco, y la articulación de estos con la comunidad.
La jornada comenzó a las 12AM, se desarrolló entre la cocina y oficina de la casa donde vivo, todos convocados a un almuerzo comunitario llegaron con algunas verduras de sus huertas, harina tostada, ceviche de camarones y salmón del río. En medio de esto, Alex, uno de los jóvenes, exploró el lugar donde vivo y fue a buscar a su casa un espinel para pescar en el río, al término de la jornada me dejó un salmón de regalo.
La convocatoria superó cualquier expectativa, la agrupación estaba casi completa dispuesta a conocer el proyecto y entender cómo podrían vincularse con este. Comencé presentándome, contándoles a grandes rasgos mi propuesta y la naturaleza de desarrollar un proyecto colaborativo. Luego me contaron cómo nacen sus organizaciones, el trabajo que se encuentran realizando, sus experiencias, la articulación que llevan hasta ahora con la comunidad, y también me mencionaron que si bien están trabajando en torno al paisaje natural de la comuna, no habían visualizado el potencial histórico y simbólico de los ríos, hablaron sobre el impacto medioambiental negativo que generan las forestales, represas y particulares en torno a estos, sobre la necesidad de sensibilizar a la comunidad sobre la apreciación y buen uso de estos espacios.
Luego nos dimos un tiempo para cocinar y almorzar, mientras continuamos conversando sobre los ríos y el paisaje de Quilleco. Ya casi a las cuatro almorzamos, todos en silencio.
Al término, pasamos a la oficina nuevamente, expuse el proyecto definiendo y sintetizando sus objetivos, fundamentación y etapas. En principio, fue un poco complejo comprender el carácter colaborativo, la relevancia del proceso y la experiencia por sobre el resultado, así como la vehiculización de sus prácticas con el arte, entonces fue como un despertar colectivo de posibilidades. Una de las acciones concretas hasta ahora llevadas a cabo por el grupo ha sido recoger basura de los entornos naturales, reforestar con bosque nativo espacios públicos, identificar y habilitar senderos, pero lamentablemente otras personas continúan llevando basura a estos entornos o arrancan los árboles plantados. Entonces, conversamos sobre la concientización de la población respecto del entorno natural. Así en una lluvia de ideas fueron apareciendo diferentes propuestas de acciones, que fuimos modelando en la correlación de salvaguardar el entorno natural y explorar y experimentar de forma política y poética los sentidos de pertenencia identitaria de la comunidad con los ríos. De este modo, nuestra primera acción será recorrer y cartografiar el nacimiento del río Quilleco y Cañicura, la desembocadura del río Cañileo y la unión del Duqueco con el Cañicura, experimentando sensorialmente y registrando las múltiples transformaciones que experimentan a medida que circundan por diferentes paisajes. De forma complementaria, aunando intereses sobre recuperar los espacios naturales para la recreación de la comunidad y explorar estos de forma creativa, nos hemos propuesto poner atención en sitios específicos o rutas que hipotéticamente se podrían intervenir para generar experiencias hacia el resto de la población.
Entre todo lo anterior, les comenté sobre la próxima visita a las “Hebras de Quilleco” para socializar el proyecto y visualizar cómo podemos articular un trabajo colaborativo entre sus prácticas y esta propuesta, y los invité a participar de la reunión, lo que también los motivó, pues están en proceso de establecer relaciones con la población quillecana, valorando las prácticas sociales que se dan en el mismo territorio, sin embargo en su mayoría tienen quehaceres durante los días de semana y se les dificulta asistir, por lo que me pidieron transmitir con las Hebras nuestra reunión, para luego establecer diálogos en una próxima actividad.
Así finalizó nuestra gran primera jornada, enfrentándonos a un descubrimiento colaborativo con mucho respeto y motivación.