Otro de los desafíos que se nos estaba complicando era la llegada con los niños. Muy dispersos, muy libres y en sus mundos. Un día le pregunté a la mamá de uno de los niños cuáles eran los dibujos animados que la llevaban ahora entre ellos, y me dice los Dragon ball. Bingo! Justo los monos que mejor conocemos son los Dragon ball, de hecho tengo tatuado un personaje en mi brazo. Lo primero que pensé fue en que al saber mucho sobre esa serie, los niños me respetarán un poco más, así es que tenía todas las de ganar. Así partimos al centro a comprar cosas para la casa y aproveché de comprar unos sobres de láminas de la serie para regalarle a los niños, lápices para colorear y algunos materiales que pudieran servir para trabajar. Llegué a casa y Eric me ayudó a recolectar imágenes para pintar de los personajes más relevantes de la serie. Imprimimos varias copias y partí a la casa del Cristopher, hijo de Nicole. Me dijo que a las 4 y media tendría reunidos a los amiguitos del Cris. Llegó el Mati y el Jordan. Les digo que vamos a pintar personajes de Dragon ball y de una les sonrió la cara. Les muestro mi tatuaje y listo, ya éramos amigos. Les di a escoger los personajes que querían pintar y cada uno escogió dos. Yo también escogí el mío, por supuesto. Una pelea entre Gokú y Mayinbú. Ahí en el suelo, en la pieza del Cris y con la vista a Montedónico nos pusimos a pintar y conversar sobre la serie. Cuando ya entramos en confianza, comencé a hacerles preguntas más íntimas y profundas. Por ejemplo les pregunte por el invierno y me decían que era la mejor época porque así faltaban al colegio y podían ver televisión todo el día. El problema era que faltaban porque el camino de tierra no permitía poder bajar, pues quedaban todos embarrados en lodo y era muy peligroso para ellos. O me contaban que no le tenían miedo a los incendios porque ya estaban acostumbrados a ellos. Una de las preguntas que les hice fue: ¿Qué es lo primero que rescatarían si se enfrentaran a un incendio? Y la respuesta más interesante fue: mis juguetes, un poco de ropa y las fotos, porque las son lo más importante.
Luego de unos 45 minutos pintando y conversando, y luego de que ya habían terminado de pintar a sus personajes, les pedí que dibujaran súper héroes con poderes de los elementos naturales. Ya no todos tenían la misma atención en la actividad, por lo que no fue muy potente el resultado de ese ejercicio, sin embargo, Cris dibujó varios personajes súper interesantes producto de su gran imaginación. Di por finalizada la actividad y nos pusimos a jugar a la escondida. Terminamos comiendo pan con huevo y cebolla, jugando play station y siendo nuevos amigos del barrio.
Diego.