A las 9:30 de la mañana del jueves 15 de noviembre, tomamos las bicicletas con el objetivo de subir el cerro Nenquén, lugar histórico de la localidad, el cual antes de su privatización, los nenqueninos lo utilizaban como espacio recreativo.
Después de una hora de pedaleo desde nuestro lugar de hospedaje en Palmilla, nos encontrábamos en una de las cimas con una vista privilegiada de toda la localidad de Nenquén.
Con un fuerte sol sobre nuestras cabezas, tomamos nuevamente las bicicletas con dirección al Tambo, localidad aledaña a Nenquén. Íbamos a visitar a “Curvita”, un personaje característico de las localidades del Palmilla, y recomendado por los vecinos de Nenquén. Llegamos a su casa a eso de las 12 pm. Nos recibe un señor de unos setenta y cinco años, de metro sesenta y siete de alto, con lentes y una risa muy plena.
Rápidamente nos hace pasar a su casa, donde quedamos asombrados por la cantidad de objetos, fotografías y cuadros que tenía, parecía un museo. Nos ofrece asiento y comienza a contarnos de su vida. Entre historias melancólicas, chistes y una degustación de su chicha artesanal, se nos pasó la hora. Teníamos que estar de vuelta en Palmilla para reunirnos con los compañeros de Servicio País, para colaborar en una actividad organizada por ellos.
Un fuerte y cariñoso abrazo y nuevamente tomamos las bicicletas con dirección a Palmilla.