En el espacio cultural “Pabellón 83” en Lota Alto, oculto entre libros y memorias, nos encontramos con el maestro Don Mario Olivares García, reflejo de cada lotino que nos hemos ido encontrando, quienes reconociendo el valor de su lugar, silenciosamente y de forma desinteresada, nos han ido guiando y enseñando el valor de este territorio, esa confianza que nos brindan sin conocernos nos ha emocionado muchas veces en este lugar.
El ser humano se refleja constante y cotidianamente en este Lota, ser consciente del presente que habitamos, nos permite ver una comunidad que está en constante búsqueda de soluciones a los problemas que transforman el cotidiano, que son parte de este silencioso cambio de paradigmas. Lota es una comunidad parte de los procesos históricos no tan solo en Chile, en América y el resto de los continentes, también desde la era industrial e inclusive antes con de la llega del español a territorios mapuches.
El Morro, lugar donde realizamos este proyecto de Residencia de Arte Colaborativo, es fundamental en este proceso histórico y estar ajeno a eso no es parte de este trabajo, por eso que como equipo encontramos fundamental asesorarnos, investigar, estudiar la realidad de este sector desde distintas perspectivas.
Así llegamos donde Don Mario Olivares García quien amablemente nos aportó con imágenes y algunas referencias literarias donde se habla del Morro, don Mario es un ser contenedor de muchas historias y anécdotas que se entrelazan con el material bibliográfico y la experiencia directa de vivir en Lota.
Así, la literatura de Lota emerge con un pilar fundamental en nuestro proceso, ya que va estrechamente ligado a nuestra forma de construir arte, que no niega las otras expresiones, si no que las proyecta como parte de un todo.
La comunidad de Lota agradece desde el inicio de esta residencia el interés por hacer visible las voces que suelen estar silenciadas por formas distintas de construir arte, toda experiencia acumulada concentra un banco de hechos que nos abren posibilidades inimaginadas.