El Viernes 19 de octubre al fin hicimos nuestro aterrizaje oficial en Cerro Navia. Rapidamente nos fuimos a la Casa de la Cultura Violeta Parra, más conocida como Casa-Escuela, a ver las presentaciones de los talleres de este año. En el recinto habían muchas personas moviéndose de un lado para otro, ensayando, poniéndose trajes para las presentaciones.
La calle Mapocho Sur fue cerrada en un tramo y ahí instalaron un gran escenario, con parlantes y muchas sillas para recibir a la gente. Había música fuerte y un ambiente alegre. Todos en general se saludaban o conocían, ya que participaban en distintos talleres o eran familiares de quienes se iban a presentar. Claudio nos contó que llevaba un año y ocho meses esta administración y que habían llegado a los 1800 inscritos en distintos talleres, teniendo casos en que en un mismo taller habían padres e hijos, madres e hijas e incluso un señor de 93 años aprendiendo violín. Nos sorprendió la diversidad de talleres: desde Kpop a cueca, pasando por salsa y rapa nui, desde pintura a lutería. Incluso nos contaron que había un taller de teatro musical que presentó un fragmento de Los Miserables.
La Casa de la Cultura estaba llena de gente y se notaba que se sentían cómodos en ese espacio. Vimos un espacio que sí estaba activado y que estaba siendo apropiado por los vecinos y vecinas. Con el pasar de las horas fue bajando el sol y fue llegando más gente. Las presentaciones terminaron pasadas las 10 de la noche.
Claudio, Encargado de Cultura de Cerro Navia, y director de la Casa-Escuela, nos planteó la posibilidad de hacer al menos un taller de cerámica en ese espacio ya activado. Nos mostró el taller de lutería y nos contó que lo había conseguido a través de Fondart, tenían buenas máquinas y las maderas las habían ido recuperando de muebles que abandonan en la calle. Se veían hermosas guitarras en proceso. Conversando con Bernardino, también parte del equipo de cultura de la Municipalidad, nos contó que él le había dado nuestro contacto al administrador del CEDEP, Luis Villalón, y como le comentamos que él no se había puesto en contacto, Bernardino nos dió su número de teléfono para contactarlo nosotras. En paralelo, quedamos de reunirnos con Sergio y miembros de El Clan al día siguiente.