El ambiente en la Casa-Escuela siempre es muy acelerado y activo. Siempre están pasando cosas, llegan camiones, salen niños disfrazados, empiezan talleres, desmontan exposiciones, etc…El equipo, si bien lo conforman pocas personas, hacen mil y una cosa, entre esas, colaborar con nosotras. Claudio y Bernardino, y todos en general en la casa escuela, se mostraron muy abiertos y emocionados de comenzar a trabajar con los vecinos. Nos han dado varias facilidades a lo largo de este proceso para trabajar, desde imprimir nuestros afiches ellos mismos, hasta prestarnos un espacio de trabajo permanente. Finalmente, ellos ven la residencia como una oportunidad para sus vecinos y vecinas, notándose el compromiso que tienen con su comunidad. Es bueno saber que podemos contar con ellos para cualquier cosa, ya que finalmente entienden que buscamos lo mismo, abrir espacios de desarrollo artístico para vecinos y vecinas, y una valoración por aquello que ya poseen: su historia y su cultura.
Greta, la encargada de diseño y comunicación de la Casa-Escuela, además de diseñar, imprimir y pegar los carteles, compartió nuestra convocatoria por facebook y mucha gente se mostró interesada. Además, nos imprimió varios volantes en blanco y negro y afiches impresos en varias hojas para que quedara más grande.
Además esta semana aprovechamos de infiltrarnos en dos talleres relacionados con artes visuales para invitar participantes a nuestro proyecto. Estuvimos con las alumnas de pintura y las de mosaico. La mayoría son mujeres, muchas de ellas de más de 60 años, y casi todas mamás e incluso abuelas. Quizás debido al horario matutino de sus reuniones, convocan sobre todo mujeres que trabajan de manera independiente o en la casa. Nosotras también queremos incluir a estas personas en el trabajo, ya que su aporte a la comunidad y construcción identitaria suele quedar invisibilizado por iniciativas de alto impacto, como murales callejeros y conciertos musicales protagonizados en su mayoría por hombres jóvenes.
Durante estos días, invitamos personalmente a las asistentes del taller de pintura a nuestro proyecto. Greta nos acompañó y presentó. Se nota que son grupos ya consolidados por la calma y compañerismo que se respira en sus reuniones. Las alumnas se mostraron muy interesadas, e incluso la señora María, la profesora de pintura -que debe bordear los 75 años-, se comprometió a colaborar en el proyecto viniendo todas las semanas a los talleres. Todas se alegraron mucho por la invitación y, lo reconocieron como una buena oportunidad para aprender una nueva técnica, desarrollar su creatividad y afiatar su posición en la comunidad. Nuestro desafío es motivarlas también a demostrar su contribución a la identidad local a través del arte.