Hoy fuimos a conversar con el Tono Jara, teníamos una conversación pendiente ya que queríamos conocer más de su vida y hacerlo parte de la investigación y construcción colectiva del Museo Comunitario. El Tono tiene 44 años y es el actual presidente del sindicato de macheros. Vale la pena resaltar que hoy la macha está casi extinta y que tienen un estricto control para su extracción.
Si bien fuimos por las machas y el origen de esta extracción y su veda, terminamos hablando de la vida de campo en los 80’ que extrañamente pareciera ser la misma que en los 40’. Nos cuenta que nació en el humedal, que vivió en casa de totora, que se iba a pie caminando al colegio, que conoció los zapatos a los 12 años, antes pura ojota o a pies pelados no más. Nos retrata una vida dura, donde todos los habitantes de la familia eran un animal más no ma’ po, la vida en el campo obligaba a que todos trabajaran igual que el resto de los animales: caballos, vacas, gallinas y los niños/as y adultos de la casa realizando todas las tareas para hacer funcionar el campo. No lo relata con orgullo ya que fue muy duro y es algo que también desestabilizó emocionalmente a la familia.
Su hija Francisca sentada junto a él en la mesa lo mira extrañada, tiene 12 años y hoy vive una vida completamente distinta, nunca había escuchado la historia de su padre. Le explica que está haciendo todo lo posible porque ella tenga las oportunidades que él no tuvo. Hablamos de educación y su hija se maravilla con que solo tenga 4to básico, sin embargo el Tono sabe hacer de todo, quesos frescos y de distintos tipos, ordeñar vacas, es un experto faenador de cerdos, machero y pescador. Conoce cada uno de los pájaros y animales de un libro que le dieron a su hija sobre la fauna del humedal, los ha visto a todos y conoce sus nombres. Quien diga que no tiene conocimientos es realmente alguien que valora muy poco el conocer desde la existencia misma.
Hoy dos nuevos habitantes del pueblo se harán parte de la construcción del museo comunitario, el Tono se compromete a llevar fotografías y objetos al próximo encuentro y relatarnos sus historias en grabadora para que puedan ser expuestas en su interior. Francisca se despide diciéndonos que nos encontraremos en los espacios de creación audiovisual para niños y jóvenes en la escuela el jueves y viernes que viene, con una enorme sonrisa nos despedimos en el portal de su casa y guardamos una foto de recuerdo para regalarsela en nuestro próximo encuentro.