La inauguración de la Digna Rosa fue mucho más masiva de lo que pensamos. Nos imaginamos que íbamos a ser nosotras y las familias de les niñes, pero fue mucho más amplia la convocatoria que llevó a cabo El Clan. Asistió hasta el mismo alcalde. Estuvo muy emocionante porque comenzaron con la historia de la población contada a través de un extracto de una obra de teatro que creó el Clan el año pasado, con títeres de escala humana. Sergio, quien animó el evento, contó cómo los primeros pobladores llegaron a esa plaza e indicaba a algunas señoras mayores en el público que recordaban ese momento con cara de emoción. El Tomi, niño que participó activamente en todo el proceso, cantó una canción de la película Coco y fue muy emotivo. Sobre el proceso, fue contado por Bárbara y Benjamín, dos de les niñes que participaron. Con mucho desplante, sacaron la cortina del mural para que todos lo pudieran ver y nos sacamos una foto todes juntes.
Fue lindo porque les niñes se sentían muy orgullosos del resultado, en el mural se notan sus trazos y decisiones, y en el evento también fue así. Elles nos ayudaron a poner las mesas, trasladar las cosas y ordenar la comida. Elles se robaron el show esa tarde. Luego de eso, estuvieron todo el resto de la tarde jugando en la plaza, gritando, corriendo y obviamente comiendo. Por fin, la plaza se estaba usando como debería usarse siempre, de forma segura incluso cuando atardece. Muchos vecinos/as ofrecieron más muros para El Clan, o preguntaron si el taller continuaría. Nos quedamos con les niñes hasta que oscureció y nos ayudaron a ordenar también.
Para nuestra sorpresa, muchos niñes del taller también pensaban que seguiríamos haciendo murales y nos preguntaban si había taller el viernes. Ahí decidimos con Bea hacer una sesión de cierre con les niñes, para evaluar y despedirnos.