Con el grupo de jóvenes seguimos grabando algunos sonidos para crear una librería y producir una obra que combine instrumentos acústicos como guitarra, pandero, voces y electrónica. Hemos probado algunas ideas y experimentado con las posibilidades del software en una especie de estudio portable con el que contamos con dos estaciones de trabajo. El proceso hasta ahora ha sido bastante experimental y la idea es crear, experimentar y probar empíricamente las posibilidades que permite la plataforma, como funciona un sampler, o un drum rack (herramientas del software Abletom Live). Hemos trabajado en dos espacios, en la Casa de Carlos y en la sede de la cancha de fútbol, también se ha combinado con una especie de taller que realiza Carlos donde enseña al que esté interesado en aprender folclor desde la guitarra y el canto.
Con la grabadora estuvimos registrando algunas cosas, pero en esta ocasión entró mucho viento a la grabación y las muestras estaban difíciles de recortar o limpiar, cuestión que escuchamos y revisamos entre todos. Ya tenemos varias muestras y empezaremos a editar el material en cuestión, que requiere de algún conocimiento técnico, pero más que nada es escuchar y organizar el sonido de acuerdo a la idea que se tenga y mucho de ensayo y error.
En relación a sonido e identidad, Ana Magdalena Domínguez Ruiz, en su texto: El poder vinculante del sonido. La construcción de la identidad y la diferencia en el espacio sonoro dice:
“El sonido es siempre un indicio de algo, de alguien, de un momento o de un lugar. Todas las acciones diarias inscritas en la rutina, los contactos con las cosas y los encuentros con las personas producen un sonido; todos los lugares reales o imaginarios que habitamos, los escenarios que recorremos y los momentos que experimentamos poseen una sonoridad particular. Que las personas, los grupos, los lugares y las cosas tengan una sonoridad propia, y que mediante la escucha podamos reconocerla, son los mecanismos que permiten que opere la identidad sonora, concepto que sirve para referir a un sonido distintivo gracias al cual los individuos y los grupos se reconocen entre sí y se diferencian de los demás.
Murray Schafer, músico canadiense y creador del concepto de paisaje sonoro, se aproxima a la idea de identidad sonora recurriendo a la noción de soundmark(marca sonora), para aludir a un sonido característico de un contexto que actúa como una especie de «jinglede una comunidad», en tanto tiene el poder de imprimirse en la memoria y su escucha remite irremediablemente al reconocimiento de ese lugar. La sonoridad particular de un lugar depende de diversos factores. El mundo natural proporciona al ser humano su primer repertorio sonoro: las voces de los animales que habitan cada ecosistema, los recursos naturales como los cuerpos de agua, el tipo de suelo, la vegetación y la orografía, e incluso los fenómenos climáticos como las corrientes de frío, las heladas, las ondas de calor y el viento. Todas estas condiciones tienen un papel activo en la manera específica en la que suena un lugar y, por lo tanto, en la definición de su identidad sonora”
Emilio