Les niñes llegaron puntuales con ropa para ensuciarse, a las 17 hrs. Pensamos que no todes llegarían por tratarse de día de colegio, pero tuvimos una alta convocatoria. Se nota que les gusta el taller y ya nos conocemos mucho mejor. A último minuto tuvimos que cambiar el muro porque el que habíamos seleccionado va a ser destruido en poco tiempo más, pero en realidad el cambio fue mejor. El nuevo muro está justo en oposición al mural de cerámica, cubriendo ambos extremos de la plaza. Había sido pintado hace poco color crema y estaba perfectamente liso. Vimos que tenía en la esquina derecha superior una ventanita y modificamos el diseño en torno a eso.
Con su energía explosiva, les niñes fueron llegando y comenzaron inmediatamente a ayudar a pintar el fondo con los colores vívidos que la Pao compró. Algunes nos ayudaron a cortar siluetas en plástico para el mural, donde algunes se reconocieron: la mayoría de las siluetas las sacamos de fotos que nos tomamos con elles una vez. Como ese día había estado la feria, había un leve olor a pescado en esa esquina, pero eso no mermó la energía de les niñes, ni la voluntad de los transeúntes para detenerse a mirar, conversar o sacar fotos. Les niñes son escandalosos y corrían cruzando la calle de un lado a otro, lo cual nos puso nerviosas pero a la larga no importó, estaban felices y nosotras igual porque por fin se pudo materializar lo que habíamos prometido. Además, toda la actividad terminó siendo una intervención en sí misma, el ruido y alegría de los mismos niñes iba atrayendo miradas que descubrían el mural. Utilizar las calles con les niñes, hacer a los autos pasar más lento o detenerse, utilizar las veredas como taller genera un efecto que no habría sucedido si el mural hubiera estado dentro del CEDEP, una de nuestras opciones en un principio, alineándose mucho mejor con el proyecto del Clan que es devolverle las calles y los pasajes a les niñes.
Además, llegó Francisco del taller de la Casa Escuela a ayudar y también aportó significativamente. Todes pintamos algo y luego de 3 horas ya estábamos terminando. El resultado fue una especie de arcoiris que sale de la ventanita del muro, y sobre esto siluetas de niñes, perros, gatos y pájaros en diferentes poses. La plaza de la Digna Rosa ahora tiene dos murales nuevos: uno que permanecerá, mostrando la clara intención política de El Clan, pero otro que será renovado año tras año, reactualizando el proyecto a través de intervenciones en la calle.