Salir por el barrio a difundir un encuentro comunitario informativo sobre esta residencia es la misión de este día, el mar nos invita a la contemplación, los antiguos transitan sin rumbo, las aves recorren al ritmo del viento, los vecinos nos están o nos observan desde sus ventanas silenciosas.
Las trutrucas y los tambores resuenan en su barrio gracias a la fuerza del sonido emitido por mi amigo Nelson Rojas Torres, director del Taller Arte Escénico de La Ligua, quien me acompaña esta semana junto a su amigo gestor cultural Marcelo Maldonado, quien amablemente puso al servicio su vehículo para traer nuestros equipos a esta residencia.
Al caminar y escuchar a algunos vecinos que recuerdan tristemente el terremoto o la llegada del tráfico a su barrio, se nos revelan además de sus conflictos cotidianos a partir del cierre de las empresas mineras del carbón, otras graves situaciones que han hecho visible la realidad del ser humano actual en condiciones extremas.
Pero no tan solo los humanos habitan estos territorios, algunos de estos vecinos no humanos nos han interrogado y nos han limitado el paso.