Partimos con l@s niñ@s de básica a hacer un reconocimiento del paisaje en búsqueda de descubrir una antigua ruta, el camino de la arena, donde se encuentran vestigios de los primeros habitantes del territorio, los pueblos indígenas que habitaban estas tierras desde el 1.000 ac.
Al hablar con Patricio Saavedra, habitante putugano y profesor guía de esta expedición, nos dice que el viaje no es muy largo, que volveremos rápido. Son unos 20 niñ@s entusiastas, junto a Fredy del Servicio País, Ignacio, arqueólogo parte del equipo, y yo. Comenzamos a caminar pasando por los distintos paisajes donde podemos ver la sorprendente diversidad de este territorio. En un comienzo divisamos los campos y las siembras. L@s niñ@s no paran de hablar sobre este camino, algun@s lo conocían, otros nunca habían venido. De a poco comienza a aparecer la duna y el humedal, dos paisajes que se juntan y se separan a ratos. Patricio nos muestra vestigios de asentamientos indígenas en el comienzo de las dunas, vemos los juncos y las totoras, nos cuenta de las casas de totora y de los caballos que se criaban aquí salvajemente para las trillas. Luego nos plantea si seguimos hasta la playa, tod@s l@s niñ@s asienten con entusiasmo para continuar por las dunas. Vamos cruzando dunas y el camino se vuelve onírico, de pronto nos encontramos en un gran desierto de arena, pasamos y pasamos dunas y la playa no se divisa, caminar en la arena comienza a agotar a los niñ@s y también a nosotros, aunque la experiencia permite que cada uno divague a su modo, algun@s conversan entre ell@s, cantan canciones y otr@s caminan sol@s, contemplando lo basto del paisaje. Para mí la experiencia es increíble y no me queda más que seguirme sorprendiendo con la diversidad de paisajes de este pedazo de tierra tan extraño y de las historias de los niñ@s y sus reflexiones.
De a poco se divisa el mar, llegamos a la playa, no tiene arena, son muchas piedras que se han ido acumulando con el tiempo. Patricio nos cuenta varias teorías sobre el por qué ocurre este acontecimiento, algunos dicen que es producto de la extracción de arena y ripio de la costa del Maule, que ha producido movimientos que han generado que se llene de piedras el mar, bolones muy grande que han afectado sin duda la recolección de machas y la pesca artesanal de orilla, aunque otros plantean que el problema sucedió por el maremoto que removió las aguas y produjo que con la entrada del mar al Maule, se removieran las aguas y cambiara la geografía. Aparece un pescador artesanal que viene a recoger sus redes, don José Saavedra, hermano de Patricio, nuestro guía, lo ayudamos a recoger las redes, solo salen dos pescados. Volvemos todos juntos, los 3 kilómetros de dunas y los 2 de campo se ven como un gran desafío. Nos vamos conversando con José que cuenta detalles sobre la pesca artesanal, los sindicatos de macheros, los conflictos que tienen con la industria pesquera, la ley de pesca y los políticos y senadores de la región involucrados. Cómo ha ido perdiéndose este oficio de la pesca artesanal y cómo se ha, finalmente, acabado con los peces y los mariscos de la zona. En medio de las dunas con el mar de fondo, nos adentramos a los orígenes de un conflicto que reúne muchos factores, medioambientales, colusiones políticas, intereses económicos y finalmente familias de tradición pesquera que deben buscar otros recursos extractivos y laborales para subsistir. En la entrada al campo nos separamos y seguimos caminando con l@s niñ@s, quienes cada vez más cansad@s conversan de distintos tipos de comidas que les gustaría comer llegando a casa, divagan y se ríen, pese a lo largo del camino vivido, se ve en sus caras la felicidad de una experiencia única e inolvidable. Nos conocemos más, tenemos más información para seguir construyendo el museo, los padres nos reconocen posterior a este paseo por que sus niñ@s les relataron felices la experiencia, el vínculo así crece y nuestra relación con los paisajes y su gente también.