Nos reunimos con Claudio Lillo, Bernardino y Marisa en la Casa-escuela Violeta Parra a las 14:30 hrs. Comentamos que teníamos intenciones de partir la próxima semana o la subsiguiente con los talleres de cerámica. En la reunión decidimos con ellos -ya que ellos conocen a sus vecin@s- que el público objetivo de los talleres serán adultos o adultos mayores, pensando en particular en las dueñas de casa que no pueden asistir en los talleres de la tarde, y que en cambio sí pueden en la mañana cuando sus hij@s están en el colegio. Quedamos de acuerdo que sería el día jueves de 11:00 a 13:00 hrs. en el salón que ya habíamos visto.
Al visitar nuevamente este salón nos dimos cuenta que no era necesario modificar el espacio (en un principio habíamos pensado poner una separación para que nuestras cosas estuvieran seguras), moveremos unos casilleros disponibles para guardar los materiales y herramientas. Bernardino nos ofreció incluso utilizar la sala de al lado que tiene más ventanas y mesones que nos sirven para el taller. Nos indicaron algunos talleres (mosaico y pintura) para que fueramos a promocionar el nuestro durante la próxima semana, que apuntan a públicos similares. Es posible que esas personas también quieran participar del taller de pintura en cerámica.
Claudio y Bernardino, y todos en general en la Casa-escuela, se mostraron muy abiertos y emocionados por el taller. Nos has dado varias facilidades para iniciar, desde imprimir el afiche ellos hasta darnos un espacio de trabajo a nosotras. Finalmente, ellos ven la residencia como una oportunidad para sus vecinos y vecinas, notándose el compromiso que tienen con su trabajo. Entienden que buscamos lo mismo que ellos; abrir espacios de desarrollo artístico y poner en valor aquello que vecinos y vecinas ya poseen: historia y su cultura.
Además, con mucho calor, fuimos a comprar algunos materiales de librería para los primeros talleres (como lápices, hojas, reglas, etc.) a Meigs.