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Residencia: Otras memorias de la madera en Neltume Panguipulli - Neltume - Museo de la Memoria de Neltume, Los Ríos - 2018 Residente: Colectivo Catrileo+Carrión
Publicado: 9 de enero de 2019
Poyewün trawün 5 + trafkin kimün witral 8

Aunque es verano, la lluvia nos da la sensación de que estamos viviendo en otro tiempo, en un eterno invierno con algunos días más primaverales. No obstante, ni el frío ni la lluvia son impedimento para reunirnos. Cada día lo hemos vivido intensamente, por lo que durante esta jornada doble sucedieron muchísimas cosas. Nos levantamos temprano para reunirnos en casa de Jannette Burgos, ayer habíamos dejado remojando la lana, por lo que hoy nos toca lavarla.

Salimos de casa con el witral. Muchas personas del pueblo nos miran con asombro al vernos caminar llevando un telar. Llama mucho la atención el tejido que estamos realizando, todas las tejedoras están motivadas en cada encuentro o reunión que convocamos. Vemos a lo lejos que están Miriam, Jannette, Carmen Herrera y Carmen Llancapichun removiendo la lana y preparándose para meterse a la piscina para comenzar a lavar la lana.

Apuramos el paso para ir a ayudarles, así Constanza se pone las botas de agua y se introduce a la piscina. Luego de lavar, vamos a centrifugarla y luego dejarla tendida para que se seque. Jannette se ausenta por un rato porque debe tocar la sirena en el cuartel de bomberos para marcar el mediodía.

Ya pasamos el medio día, nos vamos rápidamente a almorzar pues sabemos que en la tarde tenemos mucho que hacer: continuar el tejido de la pieza colectiva, modificar el diagrama que nos guía en este tejido, compartir conocimientos de una técnica nueva (ñimikan) y además registrar algunas conversaciones y relatos de quienes deseen compartir sus historias de vida (que formarán parte de la museografía que donaremos junto al textil colectivo).

Comemos rápido para irnos al museo y recibir a las tejedoras. Rápidamente las más avanzadas se dedican al textil colectivo, mientras otras van donde Constanza para hacer una lista del orden en que serán tomados sus registros orales, y el resto se mete a la sala del segundo piso pues están ansiosas de seguir tejiendo. Nos sorprende el nivel de compromiso, confianza y eficiencia que tenemos ya todxs juntxs. Nos sentimos parte de una coreografía de cuerpos que están puestos en común, como si lleváramos mucho tiempo trabajando como equipo.

POYEWÜN NÜTRAMKAN

La primera vez que intercambiamos conversaciones con las lamngen que integran la comunidad de tejedoras fue cuando realizamos una convocatoria para conocernos y compartirles nuestra propuesta sobre la residencia colaborativa. En aquella instancia, planteamos esa experiencia como un momento donde nos conocimos a través de la palabra cariñosa, deseando tornarla de forma colectiva.

El segundo piso del Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume, desde el inicio se convirtió en nuestro espacio de creación e intimidad colectiva. Cada miércoles fue testigo de las conversaciones que sostuvimos entorno al textil y nuestras memorias. Este día no fue la excepción, Constanza se reunió en una de las habitaciones del segundo piso, y profundizó en las historias de vida de cada lamngen, para conocer más sobre la relación que tienen con Neltume y cómo ha sido la experiencia de tejer witral. Las conversaciones se grabaron en audio, para luego convertirlas en un archivo oral donde se podrán escuchar las historias de cada participante –incluyéndonos– que irá junto a la pieza textil colectiva además de la bitácora visual colectiva que narrará el proceso de creación de la muestra museográfica.

El recurso sonoro se transformó en un aliado estratégico para el registro de historias de vida, tras la experiencia que tuvimos el año pasado en la residencia que realizamos en Toltén, región de La Araucanía, donde grabamos de forma audiovisual algunas conversaciones, pudimos notar la incomodidad y quiebre que genera la cámara en las personas, en cambio la grabadora de voz y la presencia de una sola persona, es un espacio seguro para quien profundizará sobre sí mismx.

Cada conversación estuvo marcada por la emoción de quienes relataban sus historias, la honestidad fue un gesto de reciprocidad gracias a la confianza construida durante cada encuentro de trafkin kimün witral y poyewün trawün, Constanza lo vivió como un regalo que atesorará por siempre. Entre lágrimas, risas, anécdotas y recuerdos dolorosos, se trenzaron las historias de todxs quienes conformamos la comunidad de tejedorxs.

Bitácora de la residencia
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