La mayoría de los días han estado nublados, y frecuentemente con lluvia. Las personas dicen que ha llovido más que en invierno, y a mí me dejó sorprendida la cantidad de agua que cayó el lunes pasado.
No sé cómo, pero ya se va otra semana. Los días comienzan a pasar rápido y puede que esto me genere un poco de ansiedad. Los procesos comunitarios son lentos —me repito—pero los comentarios de las personas con quienes socializo el proyecto no ayudan.
“Los jóvenes son muy flojos”
“Andan en otro planeta”
“Los jóvenes no tienen opinión, no saben”
“Todo el día en el celular, ¿qué van a opinar sobre lo que pasa a su alrededor?”
“No han vivido las cosas, así que no pueden opinar”
Ante estos comentarios, yo solo me pregunto, ¿cómo podría ser de otra forma, si los enjuiciamos de tal manera?, ¿no generarán estos comentarios un círculo vicioso?
En el curso de pintura continuamos experimentando con formas y melodías, esta vez con el grupo completo. Si la semana pasada generamos figuras flotantes, que al ritmo de las melodías nos transmitieron emociones, y si bien, quienes se acercaron esta vez, se divirtieron haciéndolo, en esta ocasión las figuras, no tuvieron alma. Así fue, así lo definimos con Kathy, quien también estuvo la semana pasada. No sabemos si fue la falta de sintonía entre todas y todos, nuestras energías o qué, pero algo de esa especie de magia que se generó en el último encuentro, nunca llegó. Aun así, la acción de hoy nos dejó aprendizajes, en torno al cómo pueden incidir en la creación, el entorno y nuestro ánimo.
Es verdad que la tecnología nos atrapa a momentos, y que esto, dificulta nuestra interacción y conexión, pero también son innegables las posibilidades que nos brinda. A mí no deja de asustarme que, en este país, existan más celulares que personas, pero ante esto, prefiero sacarle algún provecho. Googleamosdistintas ideas y conceptos, relacionados con arte y audiovisual, lo que se convirtió en el inicio de un diálogo, en torno a la obra que inicialmente se planteó realizar. Surgieron algunas ideas, sin embargo, no logramos claridad sobre cómo continuará el proceso, y para ser honesta, quizá yo tampoco la tenga, sobretodo porque los intentos por convocar a las y los jóvenes curanilahuinos han sido infructuosos. De todos modos, estoy segura de que el sol pronto se asomará, —aunque ahora escribo a oscuras, por el corte de luz en toda la comuna—.